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Prevención de las patologías que afectan a la retina

La degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) es la principal causa de ceguera irreversible en los ancianos. Afecta a la mácula, el área central de la retina responsable de la visión de alta agudeza. Es una enfermedad del envejecimiento que, con el aumento de la esperanza de vida, está aumentando su prevalencia. La diabetes mellitus tipo 2 (DM2), la hipertensión y la aterosclerosis, son patologías que también están creciendo en todo el mundo como consecuencia de múltiples factores. Estas patologías conllevan un alto riesgo de daño para la retina, y pueden agravar el avance de la DMAE.

La característica clínica de la DMAE es la aparición de drusas, que son depósitos de lípidos oxidados, proteínas y residuos inflamatorios que se encuentran entre la membrana basal del epitelio pigmentario de la retina (RPE) y la membrana de Bruch. La presencia de numerosas drusas grandes es un factor de riesgo para el desarrollo de la DMAE y la pérdida de la visión. En fases más avanzadas, se produce la muerte de las células del RPE y la atrofia de los fotorreceptores adyacentes, que conduce a un deterioro visual gradual y progresivo, que se conoce como DMAE atrófica o seca. También se puede producir neovascularización coroidea (crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en la coroides) dando lugar a un tipo devastador de DMAE denominada exudativa o húmeda, que provoca pérdidas muy rápidas de la visión. En contraste, la DMAE seca tiene un avance diez veces más lento (1).

La DMAE no tiene una causa única y es el resultado de las contribuciones de la edad, la predisposición genética, el medio ambiente, etc. Un factor importante que contribuye a la DMAE es el estrés oxidativo, debido al daño celular causado por las especies reactivas del oxígeno (ROS), un proceso que también se relaciona con muchas otras enfermedades degenerativas. Desafortunadamente, a medida que envejecemos, el daño oxidativo aumenta y la capacidad antioxidante disminuye, al igual que la eficiencia de los sistemas reparadores. Se ha propuesto una amplia gama de antioxidantes, vitaminas, minerales y micronutrientes, que pueden reducir el daño oxidativo y el riesgo y la progresión de los trastornos degenerativos como la DMAE (1).

Minerales: El hierro, el zinc, el cobre y el selenio son elementos traza esenciales que desempeñan un papel clave en la fisiología de la retina. Aunque el hierro es el elemento más abundante en la retina, el zinc, que es el segundo más abundante, parece tener un importante papel fisiopatológico en la retina. El agotamiento del zinc resulta en una mala adaptación a la oscuridad y reduce las respuestas fotópicas (iluminación normal) y escotópicas (baja iluminación). El cobre es necesario para la síntesis de melanina, una proteína de almacenamiento de hierro, zinc y cobre en el RPE y los melanocitos. La homeostasis celular del hierro, zinc y cobre está estrechamente interconectada, y si uno es deficitario, otro puede acumularse en exceso. Las concentraciones de zinc afectan a la progresión de la DMAE, y sus concentraciones en la retina y el RPE también disminuyen con la edad. La deficiencia de cobre se ha asociado con neuropatía óptica, pero sin cambios en la función retiniana. Y el selenio es un oligoelemento necesario para las defensas antioxidantes (1).

Vitaminas: Se presume que ciertas vitaminas, como la C, E, B6, B12 y el ácido fólico, disminuyen el riesgo de progresión de la DMAE. La vitamina C se encuentra en toda la retina y puede proteger contra la DMAE. Se ha comprobado que bajas concentraciones de vitamina C en el plasma están asociadas con un mayor riesgo de DMAE. La vitamina E es el limpiador más eficiente de los radicales libres. La deficiencia de vitamina E se acelera con la edad, y podría conducir al daño retiniano y pérdida de fotorreceptores. Los estudios sugieren un efecto beneficioso de añadir la vitamina E en la progresión de la DMAE. La suplementación diaria con ácido fólico y vitaminas B6 y B12 disminuyó el riesgo de DMAE, lo que sugiere que las deficiencias de estas vitaminas pueden aumentar el riesgo de DMAE (1).

Los carotenoides son fitoquímicos con acción protectora contra la DMAE, a través de la reducción del estrés oxidativo, ya que son potentes eliminadores de radicales libres. El betacaroteno es un carotenoide pro-vitamina A con un papel importante como eliminador de radicales libres, lo que puede tener relación con una menor incidencia de DMAE. Los carotenoides xantofílicos, luteína y zeaxantina, están presentes en la mácula formando el pigmento macular. La presencia de productos de oxidación de luteína y zeaxantina en el ojo indica que estos nutrientes protectores de los ojos sufren oxidación y una serie de transformaciones para proteger la mácula (1). La luteína está presente en muchos tejidos, como el hígado, pero alcanza la concentración máxima en la retina, donde es 500 veces mayor que la de otros tejidos. La presencia de luteína y zeaxantina en la mácula del ojo humano, y de las proteínas de unión específicas a la luteína y zeaxantina, indican la importancia de estos carotenoides para la visión.

La estructura de los microvasos de la retina mantiene una barrera efectiva para la sangre, gracias a las uniones estrechas entre las células endoteliales. La pared del microvaso también contiene pericitos, que dan soporte mecánico y estabilidad, y una membrana basal compuesta por colágeno y glicoproteínas, que las rodea. Las personas con diabetes sufren daños microvasculares estructurales, como un engrosamiento de la membrana basal, la pérdida selectiva de pericitos y cambios en las células endoteliales, lo que las hace propensas a sufrir lo que se denomina retinopatía diabética. La pérdida de pericitos crea un punto débil en la pared del vaso, y se pierde el control inhibitorio de la proliferación endotelial. Se producen pequeños aneurismas y hemorragias, que son el primer signo de la retinopatía (2).

La deficiencia de cromo también puede contribuir a la hiperglucemia, debido a que aumenta la resistencia a la insulina. Los suplementos de cromo tienen efectos beneficiosos en el tratamiento de la DM2, y previenen la retinopatía diabética. Pero son muchos los nutrientes que pueden ayudar a prevenir la DM2, como el ácido fólico, los polifenoles, la vitamina C y E, el selenio, el zinc, etc. (2).

El extracto de semillas de uva (ESU) concentrado, contiene un 95% de proantocianidinas oligoméricas y un 5% de resveratrol. En distintos estudios se ha demostrado su efecto protector frente a los daños microvasculares, entre ellos, los que producen retinopatías, gracias a su efecto activador del factor nuclear relacionado con el factor eritroide 2 (Nrf2). Este es un factor de transcripción implicado en la vía de señalización de los elementos de la respuesta antioxidante, que es crucial para atenuar la inflamación asociada a la patogénesis de muchas enfermedades. Se ha demostrado su papel citoprotectivo para las neuronas y los vasos de la retina en los pacientes diabéticos. Así, activando el Nrf2, el ESU atenúa significativamente la apoptosis de las células de la retina (3).

El ESU es capaz de reducir el estrés oxidativo en la retina, incrementando los niveles de las enzimas superóxido dismutasa (SOD) y glutatión peroxidasa (GSH-Px). Ambas enzimas, junto al glutatión, forman parte del sistema antioxidante endógeno del organismo. Para el correcto funcionamiento de estas enzimas, es necesaria la presencia de algunos oligoelementos, de los que el selenio es el más deficitario en nuestra dieta. Para la síntesis de glutatión (tripéptido no proteínico constituido por tres aminoácidos: glutamato, cisteína y glicina), es importante el aporte de dos aminoácidos en nuestra dieta como la cisteína y la glicina.

La glicina, es un aminoácido muy importante para nuestro metabolismo, ya que interviene en la síntesis de muchas proteínas, entre ellas, el colágeno que forma la membrana basal de los microvasos de la retina. También tiene un efecto protector frente a la producción de Productos Finales de Glicosilación Avanzada (AGEs), evitando la glicosilación inicial de las proteínas, ya que la glicina se glicosila en su lugar. Los AGEs incrementan el daño oxidativo en la retina, por ello, la glicina es un nutriente importante para prevenir los daños en la retina, especialmente en los pacientes diabéticos (4).

Los flavonoides son unos fitonutrientes presentes en muchas hortalizas y plantas medicinales, que han demostrado efectos beneficiosos en la salud. Entre ellos se encuentran los carotenoides, luteína, zeaxantina o betacaroteno, cuyo beneficio para la salud de la retina ha sido comentada anteriormente. Otro flavonoide que ha demostrado efectos beneficiosos es la rutina, y entre ellos, propiedades antihiperglucémicas que la confieren actividad protectora contra las complicaciones de la diabetes, como la retinopatía. También tiene efecto reductor de la hiperlipidemia, un factor de riesgo cardiovascular, y que puede afectar a la microvasculatura de la retina. Además, la rutina mejora el estrés oxidativo de los tejidos, al aumentar los niveles de glutatión reducido y de las enzimas antioxidantes SOD y catalasa (5).

Así pues, la rutina posee actividad antioxidante en la retina, donde aumenta el glutatión antioxidante intracelular, e inhibe la peroxidación lipídica; frena la apoptosis de los fotorreceptores, ya que disminuye el nivel de la proteína pro-apoptótica caspasa-3 y mejora el nivel de la proteína anti-apoptótica Bcl-2; y tiene un efecto neurotrófico, ya que aumenta los niveles de factor de crecimiento nervioso, y factor neurotrófico derivado del cerebro (5).

La quercetina es el más popular de los flavonoides dietéticos, y se encuentra en gran cantidad de frutas y vegetales. Hay gran evidencia de sus numerosos efectos beneficiosos, anti-inflamatorio, anti-apoptosis, anti-isquémico, antioxidante, antiviral, antimutagénico, etc. Entre los beneficios para la retina, se ha demostrado que la quercetina tiene beneficios en múltiples lesiones, incluyendo el daño por isquemia-reperfusión, el daño oxidativo de las células del RPE, la retinopatía diabética, la neovascularización en la DMAE exudativa, y la inflamación ocular (6).

Recientemente, se ha comprobado que la quercetina frena la progresión de la neuropatía óptica glaucomatosa, que se ocasiona por la disfunción de las células ganglionares retinianas (RGCs), que posteriormente entran en apoptosis. Se ha observado que la quercetina protege la función y supervivencia de las RGCs, pero no mediante la reducción de la presión intraocular típica del glaucoma, si no a través de la regulación de la apoptosis mitocondrial. El mecanismo neuroprotector por el que la quercetina inhibe la apoptosis mediada por hipoxia de las RGCs, se debe a un efecto protector sobre la función mitocondrial, incrementando la expresión de Bcl-2, y reduciendo la expresión de la caspasa-3 hendida (6).

La taurina está presente en grandes cantidades en los ojos, y es uno de los aminoácidos más abundantes en sus tejidos. La córnea, el iris o los fluidos oculares contienen concentraciones muy altas de taurina, pero en la retina es el aminoácido más abundante detrás del glutamato, y es el tejido más rico en taurina. La biosíntesis de taurina endógena no es suficiente para cubrir las necesidades fisiológicas de la retina, y diversos estudios con animales han demostrado que dietas deficientes en taurina pueden agravar las patologías de la retina. Las consecuencias histológicas de la privación de taurina suponen daños importantes en la retina, pudiendo llegar a causar una atrofia retiniana generalizada. En humanos, la deficiencia en taurina ha sido encontrada en veganos, encontrando casos de déficit visual. Estos hallazgos indican la importancia de la taurina en la dieta para mantener una normal función de la retina (7).

La quelación de metales como el calcio, puede inhibir las caspasas y quinasas dependientes de calcio, y así reducir la inflamación y la apoptosis. La terapia de quelación de metales puede ser útil para tratar enfermedades con un fuerte estrés oxidativo, como se ha comprobado en modelos animales de DMAE. La combinación de antioxidantes con quelantes de metales, también puede mitigar el daño en la retina. Los estudios indican que la asociación de un quelante de metales como el EDTA, con un potenciador de la permeabilidad como el MSM, puede ser una estrategia terapéutica eficaz para proteger la retina y el nervio óptico frente al daño oxidativo. La quelación del calcio parece ser el mecanismo que conduce a la protección de las células ganglionares de la retina, aunque también se ha comprobado que la combinación EDTA+MSM reduce la inflamación causada por los daños de la isquemia/reperfusión (8).

Referencias bibliográficas:

  1. Gorusupudi A. y cols. (2017) The Age-Related Eye Disease 2 Study: Micronutrients in the Treatment of Macular Degeneration. Adv Nutr. Jan 17;8(1):40-53.
  2. Bartlett H.E. y Eperjesi F. (2008) Nutritional supplementation for type 2 diabetes: a systematic review. Ophthalmic Physiol Opt. Nov;28(6):503-23.
  3. Sun Y. y cols. (2016) Grape seed proanthocyanidin extract protects the retina against early diabetic injury by activating the Nrf2 pathway. Exp Ther Med. Apr;11(4):1253-1258.
  4. Carvajal-Sandoval G. y cols. (2007) V. Prevención de los daños producidos por la diabetes mellitus y la senescencia. Gac Méd Méx Vol. 143 No. 1.
  5. Ghorbani A. (2017) Mechanisms of antidiabetic effects of flavonoid rutin. Biomed Pharmacother. Dec;96:305-312.
  6. Gao F.J. y cols. (2017) Quercetin Declines Apoptosis, Ameliorates Mitochondrial Function and Improves Retinal Ganglion Cell Survival and Function in In Vivo Model of Glaucoma in Rat and Retinal Ganglion Cell Culture In Vitro. Front Mol Neurosci. Sep 7;10:285.
  7. Froger N. y cols. (2014) Taurine: the comeback of a neutraceutical in the prevention of retinal degenerations. Prog Retin Eye Res. Jul;41:44-63.
  8. Liu P. y cols. (2014) Metal chelator combined with permeability enhancer ameliorates oxidative stress-associated neurodegeneration in rat eyes with elevated intraocular pressure. Free Radic Biol Med. Apr;69:289-99.
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A propósito de la hipertensión

La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias. Es mayor cuando el corazón late (contracción ventricular) bombeando la sangre, y se habla de presión sistólica, mientras que cuando el corazón está en reposo la presión arterial baja, y se habla de presión diastólica.

Se considera presión arterial normal cuando la presión sistólica es de 120 mm Hg y la diastólica es de 80 mm Hg, lo cual se expresa como 120/80 mm Hg. La hipertensión arterial se diagnostica cuando es de 140/90 mm Hg o más. Y si la presión arterial está entre 120/80 y 140/90, existe riesgo de padecer hipertensión y se habla de prehipertensión.

La hipertensión es un factor de riesgo cardiovascular que es necesario controlar, logrando que sea inferior a 140/90, pero cuando el paciente presenta otros factores de riesgo cardiovasculares (hipercolesterolemia, diabetes, etc.) es recomendable que las cifras sean inferiores a 130/85, ya que presentar varios factores de riesgo tiene un efecto multiplicador.

La hipertensión arterial es una patología crónica asintomática, y puede pasar mucho tiempo sin ser detectada. Si no se controla, puede desencadenar complicaciones graves a medio plazo, como el infarto de miocardio, o la hemorragia o trombosis cerebral, así como causar deterioro en algunos órganos, principalmente riñón, ojo y cerebro.

Cuando se conoce la causa que ocasiona la hipertensión, se habla de hipertensión secundaria. Pero, en la mayoría de los casos, se desconoce la causa y se denomina hipertensión esencial. Para prevenirla es importante tener unos hábitos saludables, una dieta sana, y realizar ejercicio físico, evitando el sobrepeso y la obesidad, que son factores principales para su aparición. También se considera el estrés oxidativo como causa de la hipertensión, principalmente por su efecto negativo sobre la función endotelial, y debe ser un factor a controlar. Otro factor de riesgo para la hipertensión, se considera la ingesta excesiva de sodio y deficiente de potasio.

La hipertensión es una patología que se puede tratar mediante fármacos, pero antes se deben mejorar los hábitos, cuidando la dieta, reduciendo la ingesta de grasas y azúcares, y aumentando el ejercicio físico. Limitar mucho el consumo de alcohol y abandonar el tabaco.

En caso de que el cambio de hábitos no sea suficiente, se pueden iniciar tratamientos farmacológicos para controlar la presión arterial. Estos comienzan con un solo fármaco, pero en muchos casos no es suficiente y se deben combinar varios fármacos con mecanismos de acción diferentes para lograr un buen control. Es destacable que, las combinaciones de fármacos con mecanismos de acción diferentes, logran un efecto sinérgico, y evitan la necesidad de emplear dosis elevadas. Este mismo concepto ha sido considerado en el diseño de la fórmula de Nutitens.

Son varios los mecanismos que se utilizan para reducir la hipertensión. Los diuréticos lo consiguen, ya que, al incrementar la eliminación de líquido por la orina, se reduce el volumen de sangre. Otros productos actúan sobre el sistema Renina-Angiotensina-Aldosterona (SRAA), que es el sistema que permite a nuestro organismo mantener el control de los niveles adecuados de tensión arterial.

La angiotensina es una proteína que produce vasoconstricción en las arterias, incrementando la tensión arterial. Los productos que reducen la producción de angiotensina, o los que bloquean su unión a sus receptores en los vasos sanguíneos, reducen la vasoconstricción y por tanto la presión arterial.

Otros productos provocan la relajación de la musculatura lisa de los vasos sanguíneos, los cuales sufren una dilatación que también causa una reducción de la presión arterial. Otros reducen la frecuencia cardiaca o la fuerza con la que el corazón se contrae, lo que también baja la tensión.

Todos estos mecanismos, útiles para reducir la presión arterial, se pueden poner en marcha mediante la utilización de extractos de diferentes plantas, que contienen compuestos con actividad antihipertensiva, así como otros nutrientes, como aminoácidos, vitaminas y minerales, que intervienen mejorando la función endotelial vascular, principalmente a través de la síntesis de óxido nítrico (NO).

La ortiga (Urtica dioica) presenta un efecto diurético y natriurético (1). También se ha comprobado un efecto vasorelajante mediado por la producción de NO por la óxido nítrico sintasa endotelial (eNOS), y por una reducción del calcio intracelular en el músculo liso vascular, mediado por el bloqueo de los canales de calcio (2). A nivel cardiaco, produce una importante bradicardia que es independiente de receptores colinérgicos o adrenérgicos (3).

El Olivo (Olea europea) presenta varios mecanismos antihipertensivos. Produce una reducción de las resistencias vasculares periféricas y una disminución de la frecuencia cardiaca (4). También una vasorelajación periférica independiente del NO, que parece tener relación con el bloqueo de los canales de calcio, y con la inhibición de la enzima conversora de la angiotensina (ECA). Además, tiene un efecto positivo sobre la dislipemia, lo cual implica una reducción adicional de un factor de riesgo cardiovascular importante (5).

El Espino blanco (Crataegus) produce la vasorelajación tanto coronaria como periférica, mediada por la producción de NO en el endotelio vascular, debido a la activación de la enzima ON sintasa. También inhibe la ECA, otro factor que actúa sobre las resistencias periféricas, y reduce la frecuencia cardiaca (6).

La Cola de caballo (Equisetum arvense) produce un importante efecto diurético, pero sin una alteración de la excreción urinaria de electrolitos y catabolitos (7).

El Ajo (Allium sativum) tiene efecto vasorelajante mediante la producción de NO endotelial, y también inhibe la ECA. Los componentes del ajo amortiguan las respuestas vasoconstrictoras inducidas por la angiotensina, y antagonizan la vasoconstricción inducida por endotelina-1 (8).

El Agracejo (Berberis vulgaris), cuyo fitoquímico principal es la Berberina, que tiene efecto hipotensor mediante la inhibición de la ECA, y aumenta la expresión de la eNOS y la liberación de NO que aumenta la vasodilatación (9). Además, la berberina tiene otras muchas acciones beneficiosas sobre otros factores de riesgo cardiovascular, como la hiperlipidemia o la diabetes. También inhibe el daño endotelial, modulando la inflamación y la proliferación de las células musculares lisas vasculares, y reduce la hipertrofia del músculo cardiaco (8).

El Azafran (Crocus sativus) tiene actividad vasorelajante mediada por el bloqueo de canales de calcio (8). También relaja el músculo cardiaco, reduciendo la contractilidad del corazón, bloqueando canales de calcio, abriendo canales de potasio, y antagonizando beta-adrenoreceptores.

El Hibisco (Hibiscus sabdariffa) tiene un efecto vasorelajante sobre las células endoteliales y las musculares lisas vasculares, que es debido al incremento de producción de NO, inhibición de los canales de calcio, y apertura de los canales de potasio. Además, inhibe la hipertrofia cardiaca y reduce la frecuencia cardiaca. También presenta gran capacidad A propósito de la hipertensión nutilab-dha.com 82 como diurético y es un potente antioxidante, capaz de prevenir la oxidación de las LDL y reducir la aterogénesis (8).

La Quercetina es un flavonoide con efectos beneficiosos sobre la patología cardiovascular. Sus beneficios sobre la función endotelial vascular, son la principal causa de reducción de la hipertensión. Incrementa la producción de NO, gracias a que inhibe la producción de endotelina-1, una proteína que desacopla la enzima NOS. También actúa sobre el sistema renina-angiotensina, reduciendo la actividad de la ECA (10).

El NO tiene un papel clave en la regulación fisiológica del sistema cardiovascular, y los problemas en su producción se relacionan con enfermedades como la hipertensión, la aterosclerosis, etc. El NO también ejerce funciones fisiológicas en los sistemas nervioso e inmunitario. Su influencia en la hipertensión, se centra en su síntesis en la pared del vaso sanguíneo y su papel en la regulación del tono vascular.

En la pared de los vasos sanguíneos, el NO se produce principalmente a partir de la arginina, mediante la enzima eNOS, y requiere la presencia de varios cofactores, principalmente la tetrahidrobiopterina (BH4), el flavín adenín dinucleótido (FAD), el flavín mononucleótido (FMN), zinc, y otros. La síntesis de BH4 necesita GTP, y la de FAD y FMN necesitan vitamina B2. Y la inosina incrementa la síntesis de GTP.

La arginina, el sustrato necesario para la síntesis de NO, es metabolizado con rapidez por la enzima arginasa, y la citrulina es un inhibidor de esta enzima que ayuda a mantener elevado el nivel de la arginina. La taurina aumenta el efecto hipotensor de la arginina, incrementando los niveles de ON, y también interfiere con el sistema renina-angiotensina-aldosterona.

Referencias bibliográficas

  1. Tahri A. y cols. (2000) Acute diuretic, natriuretic and hypotensive effects of a continuous perfusion of aqueous extract of Urtica dioica in the rat. J Ethnopharmacol. Nov;73(1-2):95-100.
  2. Qayyum R. y cols. (2016) Mechanisms underlying the antihypertensive properties of Urtica dioica. J Transl Med. Sep. 1;14:254.
  3. Legssyer A. y cols. (2002) Cardiovascular effects of Urtica dioica L. in isolated rat heart and aorta. Phytother Res. Sep;16(6):503-7.
  4. Ivanov M. y cols. (2018) Highly potent antioxidant Olea europaea L. leaf extract affects carotid and renal haemodynamics in experimental hypertension: The role of oleuropein. EXCLI J. Jan 4;17:29-44.
  5. Susalit E. y cols. (2011) Olive (Olea europaea) leaf extract effective in patients with stage-1 hypertension: comparison with Captopril. Phytomedicine. Feb 15;18(4):251-8.
  6. Wang J. y cols. (2013) Effect of crataegus usage in cardiovascular disease prevention: an evidence-based approach. Evid Based Complement Alternat Med.;2013:149363.
  7. Carneiro D.M. y cols. (2014) Randomized, Double-Blind Clinical Trial to Assess the Acute Diuretic Effect of Equisetum arvense (Field Horsetail) in Healthy Volunteers. Evid Based Complement Alternat Med.;2014:760683.
  8. Al Disi S.S. y cols. (2016) Anti-hypertensive Herbs and their Mechanisms of Action: Part I. Front Pharmacol. Jan 19;6:323.
  9. Tabeshpour J. y cols. (2017) A review of the effects of Berberis vulgaris and its major component, berberine, in metabolic syndrome. Iran J Basic Med Sci. May;20(5):557-568.
  10. Brüll V. y cols. (2015) Effects of a quercetin-rich onion skin extract on 24 h ambulatory blood pressure and endothelial function in overweight-to-obese patients with (pre-)hypertension: a randomised double-blinded placebo-controlled cross-over trial. Br J Nutr. Oct 28;114(8):1263-77.
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A propósito de la aterosclerosis

Las patologías que afectan a los vasos sanguíneos, condicionan unos problemas que pueden ser desde leves a muy graves e incluso mortales. Desde la placa de ateroma que afecta a una arteria coronaria y que puede condicionar un infarto agudo de miocardio, hasta los edemas de piernas debidos a la insuficiencia venosa, pasando por los daños en los capilares causados por la diabetes, son muchos los problemas que pueden afectar a la vasculatura. Algunos nutracéuticos tienen la capacidad de prevenir los daños en los vasos, y reducir el riesgo de padecer estos problemas que amenazan la salud.

Ateroflex®, es un producto basado en una mezcla de tres enzimas proteolíticas, dos extractos herbales y un quelante, que reduce el estrés oxidativo y la inflamación, previene la aparición de trombos y mejora la hemodinámica sanguínea, y ayuda a evitar el desarrollo de placas ateromatosas y de edemas. Gracias a estos beneficios, Ateroflex® puede prevenir la disfunción endotelial, la aterosclerosis, y las enfermedades cardiovasculares.

La bromelina es una mezcla natural de enzimas proteolíticas obtenida de la piña (Ananas cosmosus) y posee notables propiedades terapéuticas, actuando como un inmunomodulador, es anti-metastásico, anti-edematoso, anti-trombótico y anti-inflamatorio. La bromelina se absorbe en el intestino y alcanza la mayor concentración en sangre una hora después de su administración, y permanece biológicamente activa con una vida media de 6-9 h.

Está demostrado que la bromelina disminuye el daño que causan los productos finales de la glicación avanzada en las células mediante la degradación proteolítica de su receptor, controlando la inflamación que causa. La bromelina reduce la mayoría de los mediadores de inflamación y ha demostrado eficacia anti-inflamatoria en varias situaciones.

Actualmente, la bromelina se administra para numerosas aplicaciones clínicas debido a sus efectos terapéuticos en el tratamiento de la inflamación y las lesiones de tejidos blandos, consiguiendo reducir en pocos días hematomas y edemas. La bromelina previene la agregación plaquetaria y minimiza la gravedad de la angina de pecho y los ataques isquémicos transitorios. También presenta actividad fibrinolítica, e inhibe la formación de trombos. Es tan potente antifibrinolítico, que disuelve la placa arteriosclerótica en la aorta, y descompone las placas de colesterol.

La bromelina es efectiva en el tratamiento de la tromboflebitis aguda, disminuyendo el deterioro de la marcha en los pacientes y los síntomas de inflamación, incluida la temperatura de la piel, sensibilidad, edema y dolor. La bromelina facilita la recuperación funcional del corazón tras un infarto, limitando la lesión miocárdica, aumentando la fluidez de la sangre y el flujo aórtico, y limitando el daño de las células endoteliales. También protege contra la lesión isquémica en otros tejidos, como el músculo esquelético o el hígado.

En pacientes que padecen enfermedades inflamatorias, la administración de bromelina produce una reducción de los mediadores inflamatorios. En la artrosis de rodilla, disminuye significativamente el dolor y la rigidez. En el asma aguda, disminuye la reactividad de las vías respiratorias y la sensibilidad a los irritantes. En la sinusitis aguda, acorta la duración de los síntomas. Y en la artritis reumatoide, reduce la inflamación y la destrucción del tejido (1).

Serratiopeptidasa, también conocida como serrapeptasa, es una enzima proteolítica que se obtiene de enterobacterias no patógenas pertenecientes al género Serratia. Este microorganismo se aisló de los intestinos del gusano de seda, que es su hábitat natural. La enzima ayuda a la polilla emergente a disolver su capullo. Actualmente, la Serratiopeptidasa se produce por purificación a partir del cultivo de la bacteria Serratia.

Después de su administración oral, la Serratiopeptidasa se absorbe a través del intestino y se transporta directamente al torrente sanguíneo en forma enzimáticamente activa. Es distribuida al sitio inflamatorio a través de la sangre o la linfa, y alcanza en el tejido inflamatorio concentraciones más altas que en plasma.

Esta enzima se ha utilizado para reducir la inflamación en diversas especialidades como cirugía, ortopedia, otorrinolaringología, ginecología y odontología por sus propiedades antiinflamatorias y antiedémicas, para tratar de aliviar las lesiones traumáticas causadas por deportes, así como la inflamación debida a afecciones como la artritis reumatoide, la colitis ulcerosa y la neumonía viral atípica. Además de su actividad antiinflamatoria, también se dice que la Serratiopeptidasa posee efectos analgésicos y antiateroescleróticos (2).

Se piensa que la Serratiopeptidasa funciona de tres maneras:

  1. Antiinflamatorio:
    reduce la hinchazón disminuyendo la cantidad de líquido en los tejidos, diluyendo el líquido y facilitando su drenaje. Además, su actividad enzimática disuelve el tejido muerto que rodea el área lesionada, de modo que la cicatrización se acelera. También puede actuar modificando las moléculas de adhesión de la superficie celular que guían a las células inflamatorias a su sitio objetivo de inflamación. Estas moléculas de adhesión desempeñan un papel importante en el desarrollo de la artritis y otras enfermedades autoinmunes.
  2. Analgésico:
    puede ayudar a aliviar el dolor mediante la inhibición de la liberación de aminas que inducen dolor, como la bradicinina de los tejidos inflamados.
  3. Fibrinolítico:
    puede ser beneficioso en la enfermedad aterosclerótica, ya que actúa descomponiendo la fibrina y otros tejidos muertos o dañados, sin dañar al tejido vivo. Esto podría permitir la disolución de coágulos de sangre y placas ateroscleróticas.

La nattokinasa es una serina proteasa purificada y extraída de natto, un alimento tradicional japonés producido a partir de la fermentación de semillas de soja con la bacteria Bacillus subtilis. La administración oral de nattokinasa, puede ser absorbida por el tracto gastrointestinal, y muestra una fuerte actividad fibrinolítica. La nattokinasa puede disolver la fibrina y descomponer los coágulos de sangre hidrolizando directamente la fibrina (3).

Nattokinasa se considera un suplemento seguro, potente, de bajo costo y totalmente natural para el tratamiento de enfermedades cardíacas y cardiovasculares. La nattokinasa proporciona apoyo al sistema circulatorio al adelgazar la sangre y disolver los coágulos de sangre, recuperando rápidamente el flujo sanguíneo arterial normal.

La nattokinasa tiene un efecto sobre la trombosis arterial mediada por lesión oxidativa y la trombosis venosa inducida por inflamación. Inhibe la formación de trombos y la agregación plaquetaria.

Los niveles elevados de factor VII y VIII se asocian con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular debido al potencial de estos factores para desencadenar una cascada de coagulación sanguínea. La administración diaria de nattokinasa por vía oral, durante dos meses, disminuye de forma significativa y similar el factor VII, el factor VIII y el fibrinógeno.

En la actualidad, la nattokinasa se usa en muchos países como complemento alimenticio para diluir la sangre, prevenir coágulos sanguíneos y mejorar la circulación sanguínea. Los estudios también indican que puede mejorar otras enfermedades como la hipertensión, el accidente cerebrovascular, la enfermedad de Alzheimer y la aterosclerosis.

La rutina, también llamada como rutósido o quercetina-3-rutinósido, es un flavonol que se encuentra abundantemente en las plantas, como la pasiflora, el té o la manzana. Su nombre proviene de la planta Ruta graveolens. Químicamente es un glucósido que comprende quercetina de aglicona flavonólica junto con el disacárido rutinosa. Ha demostrado una serie de actividades farmacológicas, incluyendo actividades antioxidantes, citoprotectoras, vasoprotectoras, anticancerígenas, neuroprotectoras y cardioprotectoras (4).

El estrés oxidativo puede contribuir al desarrollo y la progresión de la aterosclerosis al promover la disfunción endotelial, la inflamación y la peroxidación de lípidos, y disminuir la biodisponibilidad de óxido nítrico (NO). Los antioxidantes pueden proteger el NO contra la destrucción oxidativa. La rutina muestra propiedades antioxidantes y efectos citoprotectores contra el daño celular oxidativo, además de mejorar la producción de NO (5).

La reducción del estrés oxidativo debido a la rutina administrada por vía oral, previene el daño oxidativo en las células endoteliales aórticas, y es la razón clave para el restablecimiento de la sensibilidad barorrefleja y la reactividad vascular. Al aumentar la producción de NO en las células endoteliales, la rutina mejora la función endotelial. También inhibe la agregación plaquetaria, mediante la inhibición del factor activador de plaquetas (4).

La rutina presenta cardioprotección frente al infarto de miocardio y reduce el tamaño del infarto, posiblemente debido a que atenúa la peroxidación lipídica que ocasiona el estrés oxidativo inducido por la enfermedad isquémica cardiaca. Los estudios sugieren que el efecto cardioprotector se debe al efecto antioxidante de la rutina, la cual reduce la peroxidación lipídica, restaurando los niveles de enzimas marcadoras cardiacas. La rutina también presenta un efecto protector sobre la vasculatura sanguínea, evitando el daño sobre los lechos vasculares causado por la isquemia que afecta al miocardio.

Las semillas de uva son fuente de numerosas sustancias que tienen un efecto positivo en la salud humana. Se ha demostrado que sus compuestos polifenólicos, en especial las proantocianidinas oligoméricas altamente polimerizadas, muestran actividad antioxidante, cardioprotectora, inmunomoduladora y antitumoral (6).

El extracto de semilla de uva (ESU) modula el proceso de coagulación del plasma humano, prolongando el tiempo de coagulación del plasma sanguíneo y reduciendo la polimerización plasmática inducida por trombina. Además, este extracto inhibe fuertemente la actividad proteolítica de la trombina, la principal enzima de coagulación. El ESU tiene múltiples propiedades anticoagulantes, y se considera un nutracéutico prometedor para la prevención de los eventos trombóticos cardiovasculares de distintas causas.

La función vascular está fuertemente influenciada por el estrés oxidativo, y los flavonoles del ESU mejoran la función vascular gracias a su acción antioxidante. Se ha demostrado que las proantocianidinas y otras moléculas del ESU tienen actividad de captación de radicales libres. Disminuir el estrés oxidativo también reduce la respuesta inflamatoria, pero los flavanoles monoméricos y oligoméricos también inhiben la respuesta inflamatoria de una manera más directa, mediante la inhibición de la expresión génica mediada por NF-κB. El ESU también reduce la fragilidad capilar, mejora el tono venoso, mejora los edemas y las venas varicosas (7).

El ácido etilendiaminotetraacético (EDTA) se considera un agente quelante de metales. Se ha utilizado para tratar la aterosclerosis, y se cree que actúa quelando el calcio de las placas de ateroma. También reduce la inflamación crónica relacionada con la disfunción endotelial, y se utiliza para tratar pacientes con enfermedad coronaria.

Se ha demostrado que el mercurio, el plomo, el cadmio y el arsénico, muestran vínculos epidemiológicos con la aterosclerosis y la enfermedad cardiovascular, lo que sugiere que la contaminación ambiental por metales tóxicos puede ser un factor de riesgo potente y modificable para la enfermedad aterosclerótica. Un quelante de metales como el EDTA, puede reducir los eventos cardiovasculares (8).

Referencias bibliográficas

  1. Rathnavelu V. y cols. (2016) Potential role of bromelain in clinical and therapeutic applications. Biomed Rep. Sep;5(3):283-288.
  2. Bhagat S. y cols. (2013) Serratiopeptidase: a systematic review of the existing evidence. Int J Surg.;11(3):209-17.
  3. Weng Y. y cols. (2017) Nattokinase: An Oral Antithrombotic Agent for the Prevention of Cardiovascular Disease. Int J Mol Sci. Feb 28;18(3). pii: E523.
  4. Ganeshpurkar A. & Saluja A.K. (2017) The Pharmacological Potential of Rutin. Saudi Pharm J. Feb;25(2):149-164.
  5. Ugusman A. y cols. (2014) Role of rutin on nitric oxide synthesis in human umbilical vein endothelial cells. Scientific World Journal.;2014:169370.
  6. Bijak M. y cols. (2019) Dual Anticoagulant/Antiplatelet Activity of Polyphenolic Grape Seeds Extract. Nutrients. Jan 5;11(1). pii: E93.
  7. Weseler A.R. & Bast A. (2017) Masquelier’s grape seed extract: from basic flavonoid research to a well-characterized food supplement with health benefits. Nutr J. Jan 19;16(1):5.
  8. Ferrero M.E. (2016) Rationale for the Successful Management of EDTA Chelation Therapy in Human Burden by Toxic Metals. Biomed Res Int.;2016:8274504.
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Beneficios del aceite ozonizado para la piel

Las primeras evidencias científicas de las propiedades beneficiosas del aceite ozonizado datan de mitad del siglo XIX, cuando Werner von Siemens (1), construyó el primer tubo de inducción para la destrucción de microorganismos con ozono. En cuanto al uso del ozono en medicina, la primera observación empírica fue descrita por T. Thompson en 1859 (2).
Años más tarde, durante la primera guerra mundial los médicos alemanes comenzaron a emplear la ozonoterapia para realizar la limpieza y desinfección de las heridas de guerra.
Actualmente las terapias médicas con ozono se emplean en todo el mundo siendo reconocidas por la OMS.

El uso del aceite vegetal ozonizado se basa en las propiedades físico-químicas del ozono.
Los principios activos (ozónidos, peróxidos, e hidroperóxidos, entre otros) que se generan tras la oxidación de los dobles enlaces C=C de los ácidos grasos insaturados presentes en los aceites vegetales exhiben actividades biológicas (antimicrobiana, inmuno-estimulante y reparadora de tejidos) demostradas en estudios preclínicos y clínicos, que permiten su uso en múltiples patologías (3,4).

Hoy en día, estos principios activos se usan tanto en el tratamiento médico de patologías de la piel, como también en la elaboración de productos de alta cosmética (cremas, geles, jabones, sérum, etc.) (5). Pylofin® cremigel es una combinación equilibrada de activos naturales que hidrata y nutre nuestra piel desde sus capas más profundas. La presencia de aceite de girasol ozonizado favorece su proceso de reparación endógena restableciendo la función cutánea, a la vez que provoca un potente efecto antioxidante. La elección del aceite de girasol ozonizado en lugar del aceite de oliva, es debido al predominio en su composición de ácidos grasos con doble insaturación, por lo cual es más reactivo que el aceite de oliva en el que predominan los ácidos grasos mono insaturados.

Mecanismo de acción

El mecanismo de acción de los aceites ozonizados no está completamente dilucidado, sin embargo, hay varias hipótesis que intentan explicar su actividad biológica. Una de ellas propone que los triozónidos al entrar en contacto con los exudados de las heridas, se descomponen y generan ozono, el cual formaría peróxido de hidrógeno y lipoperóxidos, responsables de los efectos desinfectantes y regeneradores. Por otra parte, la liberación lenta de ozono en las heridas, favorece el proceso de cicatrización liberando citoquinas con efectos reparadores (4). En relación al efecto antimicrobiano, se ha demostrado que no sólo los ozónidos son responsables, sino también otros componentes del aceite ozonizado (6). Cuando se pone en contacto el aceite ozonizado con un microorganismo se pueden apreciar severas afectaciones en su citoplasma, una reducción en el contenido de ácidos nucleicos, y la correspondiente reducción de las actividades enzimáticas lipasa, amilasa, keratinasa y ureasa (7,8).

En resumen, los mecanismos antimicrobianos y cicatrizantes de los aceites ozonizados son:

a) Oxidación directa: la liberación de ozono, trioxolanos y lipoperóxidos destruye directamente los microorganismos mediante su oxidación (7, 9).

b) Citotoxicidad: compuestos como trioxolanos, lipoperóxidos y aldehídos, son citotóxicos para los microorganismos y pueden inactivar rutas enzimáticas claves para su supervivencia (7).

c) Liberación de factores de crecimiento: diversos componentes de los aceites ozonizados pueden liberar factores de crecimiento como PDGF, TGF-ß y VEGF que pueden incidir en la remodelación tisular (8).

d) Pre-condicionamiento oxidativo: la oxidación local de los tejidos por los componentes de los aceites ozonizados estimula mecanismos antioxidantes endógenos y promueve la reparación de los tejidos (10, 11).

Algo muy importante que hay que tener en cuenta a la hora de elegir una crema con aceite ozonizado es conocer su índice de peróxidos (IP). El índice de peróxidos es un indicador de su efecto. Esto no quiere decir que a mayor IP más efectividad. La medición del IP requiere técnicas analíticas espectrofotométricas que por lo regular no están disponibles en la clínica. Es por ello que para saber el IP del aceite que se utiliza es recomendable el uso de los que se preparan de forma industrial, cuyo IP viene analizado durante el proceso de control de calidad. Un mayor IP no guarda relación lineal con la efectividad terapéutica. Pylofin® cremigel ha sido elaborado y estabilizado bajo condiciones muy controladas, cumpliendo con todos los análisis que exige la UE para su comercialización.

El aceite de girasol ozonizado como principio activo fundamental en esta innovadora formulación semisólida tiene como objetivo potencializar el efecto antioxidante en nuestra piel, además de ayudar a fortalecer el sistema inmunológico. El estrés oxidativo tiene efectos negativos sobre las células del cuerpo. Estos efectos son particularmente visibles en la piel, ya que los radicales libres provocan una disminución de la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónico, que hace que la piel pierda firmeza, elasticidad y esté deshidratada. Además, deterioran las membranas celulares, provocando alteraciones en el DNA de las células cutáneas, causando mutaciones que pueden conducir a la formación de manchas y apoptosis celular. Otra importante función del aceite girasol ozonizado es su poder germicida, muy útil en el tratamiento de la dermatitis microbiana. Por su poder antiinflamatorio y regenerativo puede ser usado en las afecciones que provocan inflamaciones de la piel: dermatitis, acné, urticaria, psoriasis y otras enfermedades virales de la piel (12).

Por todo ello y de manera general algunos de los beneficios del aceite ozonizado en crema serían:

  • Aceleración en el tiempo de sanación de heridas y úlceras en la piel.
  • Estimulación del crecimiento celular cutáneo.
  • Limpieza y desinfección de la epidermis.
  • Disminución de la hinchazón e inflamación.
  • Acondicionamiento e hidratación de pieles muy secas y ásperas.
  • Combate la acción de radicales libres.
  • Disminución de la incidencia de procesos degenerativos de la piel.
  • Mitiga el dolor y los nervios en trastornos de la epidermis (quemaduras solares, picaduras, dermatitis, psoriasis…).

Referencias bibliográficas

  1. W. von Siemens (1857)., Poggendorfs Ann. Phys. Chem.; 102, 66-122.
  2. Thompson T. (1859) Observation on the Medical Administration of Ozonized Oils. Med Chir Trans.; 42:349-60.
  3. Martínez-Sánchez G., Re L., y cols. (2012). Las aplicaciones médicas de los aceites ozonizados, actualización.
    Revista Española de Ozonoterapia. Vol. 2, nº 1, pp. 121-139.
  4. Díaz Gómez, M. F. (2010) Usos y propiedades de los aceites vegetales ozonizados. La experiencia cubana. Revista CENIC. Ciencias Biológicas, vol. 41, pp. 1-12.
  5. WO0137829 (A1), Gomez-Moraleda MA, Melegari P, Aglio RD (2001); Composition comprising ozonized oils and/
    or other ozonized natural and/or synthetic products and their use in pharmaceutical, cosmetic, dietetic or food supplement compositions in human and veterinary medicine.
  6. US5364879, Herman S (1994); Medical uses of trioxolane and diperoxide compounds
  7. Sechi L.A., y cols. (2001) Antibacterial activity of ozonized sunflower oil (Oleozon). Journal of Applied Microbiology, 90, 279-284.
  8. Kim H. S., y cols. (2009) Therapeutic effects of topical application of ozone on acute cutaneous wound healing. Journal of Korean Medical Science. Jun;24(3):368-74.
  9. G. Martínez- Sánchez, L. Re, Gema Pérez-Davison, Rosemeres Horwat Delaporte (2012). Las aplicaciones médicas de los aceites ozonizados, actualización artículo original Revista Española de Ozonoterapia vol. 2, nº 1. pp. 121-139, Editado por AEPROMO (Asociación Española de Profesionales Médicos en Ozonoterapia) ISSN: 2174- 3215.
  10. León O. S., y cols. (1998) Ozone oxidative preconditioning: a protection against cellular damage by free radicals. Mediators of Inflammation, 7, 289-294.
  11. Eman Abu-Gharbieh, Fatehia A. Bayoumi, and Naglaa G. Ahmed (2014) Alleviation of Antioxidant Defense System by Ozonized Olive Oil in DNBS-Induced Colitis in Rats. Hindawi Publishing Corporation Mediators of Inflammation Volume 2014, Article ID 967205, 6 pages http://dx.doi.org/10.1155/2014/967205.
  12. H.S. Kim, S.U. Noh, Y.W. Han et al; J. Korean Med. Sci. 2009; 24: 368-74.
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A propósito de las vitaminas del grupo B

Las vitaminas B, en general, son cofactores de las enzimas que participan en las rutas metabólicas que generan energía a partir de carbohidratos, grasas y proteínas. Las vitaminas B también juegan un papel importante en el mantenimiento de las funciones del sistema nervioso. Y son de gran importancia a nivel cardiovascular y óseo, por su participación en el metabolismo de la homocisteína, así como para las reacciones de metilación del ADN, ARN, proteínas y fosfolípidos (1).

La neuropatía periférica es uno de los efectos secundarios más limitantes de la dosis en la administración de quimioterapia. Se estima que hasta el 90% de los pacientes la sufren durante o después de la quimioterapia, y un 30% de ellos la continúan padeciendo permanentemente. Presentan neuropatía sensorial (entumecimiento y hormigueo), neuropatía motora (dejar caer cosas, dificultad para caminar) y neuropatía del sistema nervioso autónomo (sudoración), pero raramente dolor neuropático (2). Un suplemento de vitamina B complex durante la quimioterapia, es considerado una opción barata y segura para prevenir la neuropatía periférica, siendo B3, B6 y B12 las principales implicadas.
Se ha encontrado una ingesta inadecuada de vitamina B en pacientes con fractura de cadera. En concreto, se ha observado una relación entre varias vitaminas B (B2, B6, B9 y B12) y un menor riesgo de osteoporosis o fractura de cadera. Se ha demostrado que la homocisteína aumenta el riesgo de fractura ósea, aunque no se ha determinado si las vitaminas B influyen en la salud ósea a través de su implicación en el metabolismo de la homocisteína (1).

La vitamina B1 (Tiamina). En su forma activa, el pirofosfato de tiamina, es un cofactor importante para las enzimas clave implicadas en el metabolismo de carbohidratos, lípidos y aminoácidos, y en la síntesis de neurotransmisores. La VRN (valor de referencia de nutrientes) de la B1 es de 1,2 mg, y sus fuentes alimenticias incluyen alimentos integrales, germen de trigo, extracto de levadura, y la carne de cerdo (1). La B1 es soluble en agua, y en alta concentración atraviesa el intestino delgado por absorción pasiva, mientras que si la concentración es baja se absorbe mediante proteínas transportadoras. Un adulto puede almacenar unos 30 mg de tiamina en el tejido muscular, hígado y riñones, pero esta reserva se agotará en 18 días si cesa la ingesta. La desnutrición, el alcoholismo, la cirugía bariátrica, la realimentación, la insuficiencia cardíaca congestiva, la acidosis láctica, la neuropatía, la insuficiencia renal con diálisis y la enfermedad crítica, son factores de riesgo para el desarrollo de deficiencia de tiamina (3). Es importante detectar el déficit de B1 en los pacientes críticos y desnutridos, ya que pueden sufrir el síndrome de realimentación.

Según la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), la vitamina B1 juega un papel importante en el metabolismo de los carbohidratos y energético; colabora con las funciones psicológicas normales y el normal funcionamiento del sistema nervioso; y contribuye a la función normal del corazón. Y en los niños menores de tres años, contribuye al desarrollo neurológico y al normal metabolismo productor de energía.
La vitamina B2 (Riboflavina). Sus formas biológicamente más importantes son el flavín adenín dinucleótido (FAD) y flavín mononucleótido (FMN), que participan en las reacciones de oxidación-reducción de las vías metabólicas de producción de energía. Su VRN es de 1,3 mg para los adultos, y su fuente se encuentra en cereales, carne, pescado graso y verduras de color verde oscuro. Además, en las poblaciones occidentales la leche y los productos lácteos están fortificados con B2. Las personas mayores son propensas a tener una deficiencia biológica de B2, ya que al envejecer se reduce su absorción (1).

Se ha encontrado que el metabolismo energético cerebral es anormal en la migraña. La riboflavina cataliza la actividad de flavoenzimas en la cadena respiratoria mitocondrial y mejora la clínica y anormalidades bioquímicas en pacientes con errores congénitos del metabolismo mitocondrial. En algunos pacientes, la riboflavina ha demostrado ser eficaz en la prevención de la migraña. Es bien tolerada, barata y reduce la frecuencia de migraña (4).
Según la EFSA, la vitamina B2 contribuye: al metabolismo energético normal; al metabolismo normal del hierro en el cuerpo; al mantenimiento normal de la piel y las mucosas; al mantenimiento normal de la visión; al mantenimiento normal de los glóbulos rojos; a la protección de los componentes celulares (ADN, proteínas y lípidos) del daño oxidativo; a la reducción del cansancio y la fatiga; y al mantenimiento normal de la función del sistema nervioso (5).

La vitamina B3 (Niacina) es la forma genérica para el ácido nicotínico y la nicotinamida, que son los sustratos para sintetizar, nicotinamida adenín dinucleótido (NAD) y NAD fosfato (NADP). Ambas coenzimas activas son importantes aceptores de electrones o donantes de hidrógeno para las moléculas de combustible en las reacciones redox. NAD también proporciona sustratos para los procesos biológicos implicados en el procesamiento del ADN, la diferenciación celular y la movilización del calcio celular. La biosíntesis de B3 en humanos se puede realizar a través de la vía de conversión de triptófano-niacina, cuya eficiencia depende de otros factores hormonales y nutricionales, como la B6, B2 y el hierro, que son cofactores de las enzimas de esa vía. Sin embargo, también se obtiene B3 de la dieta. Sus fuentes principales son levadura, carnes, cereales, legumbres y semillas, pero también hay una cantidad apreciable en leche, verduras de hoja verde, pescado, café y té. Su VRN es de 16 mg para los adultos (1).

El NAD es una molécula clave para la salud mitocondrial, y su nivel retiniano disminuye con la edad. Se ha comprobado que la disfunción mitocondrial en las células ganglionares de la retina es esencial en la etiología del glaucoma. Se cree que la disminución de NAD hace que las células ganglionares de la retina sean susceptibles de daño durante los períodos de presión intraocular elevada. Se ha demostrado que el suplemento de nicotinamida a dosis bajas reduce el riesgo de desarrollar glaucoma, aunque no tiene influencia sobre la presión intraocular, lo que es evidencia de que su acción es neuroprotectora. A dosis altas, la nicotinamida muestra un efecto reductor en el grado de elevación de la presión intraocular. Por lo tanto, la nicotinamida es una opción atractiva y potente para prevenir y tratar el glaucoma, tanto con el aumento de la edad como durante los períodos de presión intraocular elevada (5).

Según la EFSA, la vitamina B3 contribuye: a la reducción del cansancio y la fatiga; al normal metabolismo productor de energía; a las funciones psicológicas normales; y al mantenimiento normal de la piel y las mucosas.
La vitamina B5 (Ácido pantoténico) normalmente se utiliza como suplemento como pantotenato cálcico que es más estable al calor y a las variaciones de acidez que el ácido pantoténico. Su nombre procede de la palabra griega panthos (en todas partes), y lo recibió debido a su gran presencia en los alimentos. Sus principales fuentes incluyen hígado, riñón, cacahuete, almendra, salvado de trigo y queso. La mayor parte de la vitamina B5 en los alimentos se encuentra incorporada a la Coenzima A y como fosfopantenina. Su VRN en adultos es de 5 miligramos (6).
El ácido pantoténico se incorpora en la molécula de Coenzima A (CoA) y en proteínas portadoras de grupos acilo. La CoA es un cofactor esencial en la oxidación de ácidos grasos, la elongación de lípidos y la síntesis de ácidos grasos, por su propiedad de transportar y transferir grupos acetilo. Por lo tanto, la B5 está implicada en el nivel de muchas moléculas, como ubiquinona, escualeno, colesterol, hormonas esteroideas, vitamina D, ácidos biliares, N-acetilglucosamina, N-acetilserotonina, acetilcolina, prostaglandinas, fosfolípidos, plasmalógenos, esfingenina, ceramida, etc., que requiere CoA. Además, la CoA está involucrada en el catabolismo de la mayoría de los aminoácidos y de las bases pirimidínicas (citosina, uracilo y timina) (6).

Por su amplia presencia en la dieta, no se suelen dar casos severos de deficiencia de B5, pero si se han realizado estudios de suplementación. Recientemente, se ha publicado uno en pacientes con íleo postoperatorio a los que se suplementa con B5, y que demuestra que el ácido pantoténico es eficaz para el tratamiento del íleo intestinal postoperatorio, y que hay una relación inversa dosis-respuesta entre la cantidad de ácido pantoténico suministrada y el tiempo que transcurre desde la operación quirúrgica hasta la primera evacuación intestinal (7). En otro estudio, se suplementó durante 12 semanas a pacientes con lesiones faciales de acné con 8,8 gramos diarios de B5, consiguiendo una reducción mayor al 67% en el número de lesiones. El ácido pantoténico regula la función de la barrera epidérmica y la diferenciación de los queratinocitos, a través del metabolismo del CoA, y es seguro y bien tolerado (8).

Según la EFSA, la vitamina B5 contribuye: a la reducción del cansancio y la fatiga; al normal metabolismo productor de energía; al normal rendimiento mental; y a la síntesis y metabolismo normales de las hormonas esteroideas, la vitamina D y algunos neurotransmisores.

La vitamina B6 (Piridoxina) tiene como forma bioactiva al piridoxal fosfato (PLP), que es un cofactor en más de 100 reacciones enzimáticas en el metabolismo del glucógeno, los fosfolípidos y los aminoácidos. Tiene un papel importante en el metabolismo de los neurotransmisores, la homocisteína y la cistationa, y en el ciclo de un carbono que afecta a la biosíntesis de los ácidos nucleicos y al funcionamiento del sistema inmune. La deficiencia de B6 es poco común, pero las personas mayores corren riesgo debido a pérdida de apetito y malabsorción. La VRN para adultos es de 1.4 mg, y sus fuentes dietéticas incluyen carnes, productos integrales, vegetales, plátanos y nueces (1).

Se cree que un nivel bajo de GABA es la razón principal de la epilepsia. GABA es el neurotransmisor inhibidor clave en el sistema nervioso central y se sintetiza a partir del glutamato, a través del enzima ácido glutámico descarboxilasa que es dependiente de PLP. Se conocen cinco mutaciones genéticas que afectan a las concentraciones de vitamina B6, produciendo enfermedades que se caracterizan por convulsiones que a menudo comienzan en los primeros días de vida, que no responden a los anticonvulsivos y solo se controlan con suplementos de vitamina B6. Se denomina epilepsia resistente o epilepsia dependiente de vitamina B6 (9). También se han encontrado mutaciones que afectan al metabolismo de la vitamina B9 y al receptor GABA, que ocasionan epilepsia resistente que también responde a la suplementación con B6 (10).
Según la EFSA, la vitamina B6 contribuye: al metabolismo normal de la homocisteína; al normal metabolismo productor de energía; a las funciones psicológicas normales; a la reducción del cansancio y la fatiga; y a la síntesis normal de la cisteína.

La vitamina B7 (Biotina), anteriormente conocida como vitamina H o coenzima R, es cofactor enzimático de varias carboxilasas importantes en el metabolismo de los macronutrientes. Sus fuentes son la carne, el pescado, los huevos y la leche, y su VRN para los adultos es de sólo 30 microgramos. Sin embargo, suplementar con grandes dosis (10-15 mg/d) de biotina se ha hecho popular como estimulante para el crecimiento del cabello, así como por sus beneficios para la salud para el tratamiento de ciertos problemas médicos, como la deficiencia de biotinidasa, diabetes, dislipemias, y la neuropatía diabética periférica (11,12).
La biotina es una coenzima que requiere unirse covalentemente a su enzima para funcionar. Después, una enzima llamada biotinidasa rompe el enlace y se recupera la biotina libre para volver a utilizarse. Una rara mutación genética en el gen de la biotinidasa, que se afecta a uno de cada 100.000 nacimientos, conduce a la deficiencia de biotina que tiene profundos efectos sobre el sistema neurológico, diversas manifestaciones neurocutáneas y trastornos metabólicos. La suplementación con biotina puede prevenir las graves consecuencias y discapacidades debidas a la deficiencia de B7 (12).

Se ha visto que pacientes afectados por una mutación en el gen que codifica una proteína transportadora de tiamina, que impide su entrada al interior de las células, sufren discapacidad y encefalopatía mortal. Pero presentan una mejoría impresionante cuando se les administran altas dosis de biotina (5-10 mg/kg/d) y tiamina. Tratando a otros pacientes que sufrían neuropatías ópticas y leucoencefalopatía con altas dosis de biotina, se encontró un paciente con esclerosis múltiple progresiva que respondía al tratamiento con 300 mg/d de biotina. Se ha comprobado con más pacientes que la suplementación con alta dosis de biotina tiene efectos beneficiosos en la esclerosis múltiple, aunque requiere tratamientos prolongados (13).

Según la EFSA, la vitamina B7 contribuye: al normal metabolismo productor de energía; al normal metabolismo de los macronutrientes; al normal mantenimiento del cabello, de la piel y las mucosas; a la función normal del sistema nervioso; y a las funciones psicológicas normales.

La vitamina B9 (Folato) desempeña un papel central en el metabolismo de un carbono, en la síntesis de nucleótidos, en el metabolismo de la homocisteína, y en la metilación de ADN, ARN, proteínas y fosfolípidos. En la vía de metilación, la síntesis de metionina depende tanto de folato como de B12 para la remetilación. La deficiencia de folato en ancianos es rara, y su VRN para adultos es de 400 μg, y de 600 μg para mujeres embarazadas. Sus fuentes alimenticias incluyen las frutas cítricas, los vegetales de hoja verde oscuro y las legumbres (1).
Según la EFSA, el folato contribuye: a la formación normal de la sangre; al metabolismo normal de la homocisteína; a la función normal del sistema inmune; a la división celular normal; al crecimiento normal del tejido materno durante la gestación; a la función psicológica normal; a la reducción del cansancio y la fatiga; y a la síntesis de aminoácidos normal. La suplementación materna con folato contribuye a la reducción del riesgo de defectos en el tubo neural.

Un defecto del tubo neural es una malformación congénita del sistema nervioso central causado por un cierre fallido del tubo neural entre la tercera y cuarta semana de gestación. Afecta a 300.000 nacimientos en todo el mundo cada año y la incidencia varía de 0.03 a 200 por cada 1.000 nacimientos según el área geográfica. Los tipos más comunes son la espina bífida y la anencefalia, esta última es mortal a los pocos días del nacimiento.
En 1998 el gobierno de EEUU decretó la fortificación obligatoria de los cereales con ácido fólico. Con ello, la incidencia de espina bífida disminuyó entre el 35-50%. Pero a pesar de ello, sigue habiendo un 30% de casos de espina bífida que no han respondido a la suplementación materna con B9, y a pesar de la investigación realizada, el mecanismo molecular subyacente sigue siendo desconocido. La hipótesis, basada en algunas observaciones genéticas en pacientes afectados de espina bífida o de anencefalia, es que la hipometilación de algunos genes y microARNs puede ser responsable de los defectos del tubo neural.
Se ha comprobado en muchos estudios epidemiológicos, que otros factores no genéticos y ambientales, además de la deficiencia de folato, también contribuyen a incrementar el riesgo de producir defectos del tubo neural, posiblemente influyendo en los epigenomas maternal y fetal, que a su vez interaccionan con las variaciones genéticas de los individuos afectados (14).

La vitamina B12 (Cobalamina), está fisiológicamente relacionada con la acción de dos enzimas, la L-metilmalonil-coenzima A (CoA) mutasa y la metionina sintasa, esta última es una enzima involucrada en el metabolismo de la homocisteína. La suplementación con la vitamina B12 comenzó en 1855 para tratar la anemia perniciosa y las lesiones desmielinizantes del sistema nervioso central. El 20% de los ancianos, tiene deficiencia de B12 leve o moderada debido a malabsorción por problemas gastrointestinales. La VRN para adultos es de 2,4 μg por día. Sus fuentes son carnes, productos lácteos y huevos (1).

La ausencia de B12 en los vegetales puede conducir a su deficiencia en las personas veganas. Pero dado que para ser absorbida la B12 necesita unirse al factor intrínseco, una proteína producida por las células parietales del tracto gástrico, también los pacientes con patologías gástricas pueden presentar déficit de B12. Es interesante que tras la suplementación con una dosis alta de B12, el 1% se absorbe a través de un segundo mecanismo que es independiente del factor intrínseco. Una vez en la sangre, la B12 se une a la transcobalamina, una proteína de transporte que permite su distribución a todo el organismo. Por esto, en caso de una mutación que afecte a la transcobalamina, se producirá un déficit de B12 a pesar de que la absorción haya sido normal (15).

Una vez que la cobalamina ha penetrado en las células, varias enzimas actúan sobre ella para producir sus dos formas activas: la metilcobalamina y la adenosilcobalamina, que son los cofactores requeridos en las reacciones de la metionina sintasa citosólica y la metilmalonil-CoA mutasa mitocondrial, respectivamente. Mutaciones que impiden la síntesis de metilcobalamina, dan como resultado un aumento de las concentraciones de homocisteína en la sangre y una disminución de los niveles sanguíneos de metionina, y las que impiden la síntesis de adenosilcobalamina aumentan los niveles de ácido metilmalónico en la sangre, el líquido cefalorraquídeo y la orina (16). Es decir, son muchas las mutaciones que pueden producir un déficit de B12, aunque su ingesta dietética sea correcta.

Según la EFSA, la vitamina B12 contribuye: a las funciones neurológica y psicológica normales; al metabolismo normal de la homocisteína; a la reducción del cansancio y la fatiga; a la formación normal de los glóbulos rojos; a la división celular normal; al metabolismo energético normal; y a la función normal del sistema inmune.

La Betaína, también llamada glicina betaína y trimetilglicina, se encuentra principalmente en varios alimentos como salvado de trigo, almejas, mejillones, remolacha, amaranto, quinoa y espinacas, pero también podemos sintetizarla. Participa en una gran cantidad de procesos celulares y bioquímicos, como la estabilización de macromoléculas, la actividad antioxidante, la apoptosis, el metabolismo de la homocisteína, el etanol y los lípidos, etc. Además, se ha estudiado por su importancia en la nutrición humana, y la salud, ya que se cree que está implicada en enfermedades como la diabetes, el Alzheimer, el Parkinson, la enfermedad de Huntington, etc. (17).

Varios estudios han demostrado que las concentraciones altas de homocisteína en el plasma (hiperhomocisteinemia HHC) están relacionadas con el riesgo cardiovascular y cerebrovascular, la enfermedad renal crónica y la enfermedad de Alzheimer. En el hígado, la metionina se sintetiza a partir de la homocisteína por dos rutas de metilación distintas: 1) catalizada por la metionina sintasa (MS), que utiliza vitamina B12 como cofactor y metil tetrahidrofolato (B9) como el donador de metilo; y 2) catalizada por Betaína Homocisteína Metil Transferasa que usa betaína como donador de metilo. De esta manera, el déficit de B9 y/o B12 que puede conducir a HHC, puede reconducirse mediante un incremento en la ingesta de betaína (17).

Los estudios sobre el papel de la HHC en algunas patologías han encontrado que la betaína aumenta la expresión de varios genes y la actividad de varias enzimas involucradas en el ciclo homocisteína/metionina, lo que contribuye a mantener bajos los niveles de homocisteína en el hígado, y aumentar los niveles de metionina y S-adenosilmetionina. También hay evidencias de que la betaína influye en la expresión genética a través de cambios en el estado de metilación de regiones promotoras o genes promotores enzimáticos específicos, y los datos sugieren que la metilación es a través de metiltransferasas que usan S-adenosilmetionina como donador de metilo (17).

Según la EFSA, la betaína contribuye al metabolismo normal de la homocisteína.

BIBLIOGRAFÍA:

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  10. Shakir S. y cols. (2017) Vitamin B6 and homocysteine levels in carbamazepine treated epilepsy of Khyber Pakhtunkhwa. African Health Sciences. Jun;17(2):559-565.
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  17. Figueroa-Soto C.G. & Valenzuela-Soto E.M. (2018) Glycine betaine rather than acting only as an osmolyte also plays a role as regulator in cellular metabolism. Biochimie. Apr; 147:89-97.
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El magnesio es imprescindible en nuestra nutrición

El magnesio contribuye a: el equilibrio electrolítico y al funcionamiento normal de los músculos, del sistema nervioso y a la función psicológica normal; el metabolismo energético normal y ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga; el mantenimiento de los huesos y dientes en condiciones normales; la síntesis proteica normal y al proceso de división celular (1).El óxido de magnesio (inorgánico), que todavía se usa con frecuencia en los suplementos, pero que es bastante insoluble y, por lo tanto, apenas absorbible, es una de las formas de obtener magnesio con peor biodisponibilidad. Para aportar 100 mg de magnesio, un complemento necesita 170 mg de óxido de magnesio (aporta un 60%) y se absorben entre 5 y 10 mg (5% al 10%). El óxido y las diferentes sales, como sulfato, carbonato y fosfato de magnesio son las que provocan más diarrea, cuando se quiere aportar dosis altas de magnesio elemental.

El citrato de magnesio se absorbe de cuatro a cinco veces más que el óxido de magnesio, que es una de las sales con peor biodisponibilidad. Un complemento que aporte 100 mg de magnesio elemental, necesita contener 600 mg de citrato de magnesio (aporta un 17%), pero se absorben aproximadamente unos 45 mg (45%). Además, el citrato de magnesio produce menos molestias gastrointestinales que el óxido de magnesio cuando se necesita una alta dosis de magnesio elemental (2).

La importancia del magnesio para nuestra salud, nos ha animado a comercializar el bisglicinato de magnesio. A diferencia de las sales de magnesio, como gluconato, lactato o citrato, en las que el magnesio se absorbe a través de los canales iónicos que comparte con otros cationes, el bisglicinato de magnesio se absorbe por otros mecanismos más eficaces utilizados por los aminoácidos, lo que garantiza una mayor absorción. La tasa de absorción del bisglicinato de magnesio es 2,2 veces mejor que el citrato de magnesio (3).

Pero en el metabolismo hay una enorme interrelación entre unos nutrientes y otros, y es sabido que hay algunos elementos y moléculas que pueden aumentar la absorción, la biodisponibilidad y/o las acciones metabólicas del magnesio, lo cual justifica el empleo de combinaciones con esos nutrientes para optimizar la suplementación de este elemento tan importe para nuestra salud. Se han seleccionado cuatro nutrientes que cumplen el criterio mencionado, boro, vitamina B6, vitamina D y selenio.

Boro (4): Estudios en animales y humanos han observado que el boro es un elemento traza esencial para la salud, aunque aún no se ha encontrado una función claramente definida. Estudios con animales superiores han encontrado que un pequeño suplemento de boro induce cambios bioquímicos y funcionales beneficiosos, particularmente para el crecimiento y salud ósea, la función cerebral y la regulación de la respuesta inflamatoria. En los humanos, la ingesta de 1-6 mg/día ha demostrado un efecto beneficioso sobre la salud ósea y cerebral.

La privación de boro afecta al metabolismo del calcio, pero también a las concentraciones de otros elementos minerales asociados a la formación, diferenciación y actividad de los osteoblastos y osteoclastos, como por ejemplo el magnesio, potasio, cobre o zinc, y algunos estudios indican que el boro promueve la eficacia de algunas hormonas relacionadas con el metabolismo óseo. En otros estudios, se ha comprobado que el suplemento de boro es beneficioso para la salud ósea cuando existe deficiencia de vitamina D.

Se ha demostrado que el boro aumenta la eficacia de los suplementos de estrógenos sobre la calidad ósea, tanto en ratas como en humanos. La combinación de boro y 17β-estradiol, versus cualquiera de estos solo, también mejora notablemente la absorción de calcio, fósforo y magnesio, y la retención de calcio y magnesio. Además, esta combinación también aumenta la concentración de la vitamina D en el suero. Hay evidencia de que otras hormonas también mejoran su función cuando se suplementa con boro, como la insulina, la progesterona y la hormona tiroidea.

Los suplementos de boro tienen efecto beneficioso sobre la función del sistema nervioso central, y ancianos con baja ingesta de boro presentan electroencefalogramas con alteraciones similares a las que se encuentra en casos de desnutrición o en casos de toxicidad por metales pesados. Estas alteraciones se han asociado a reducción del rendimiento de tareas de vigilancia y psicomotoras (somnolencia), y a problemas en la memoria. En ratas, se ha demostrado que una dieta baja en boro altera su composición mineral cerebral y su comportamiento es menos activo, y un incremento de omega 3 en su dieta revierte el efecto del déficit de boro.

La suplementación con boro también afecta a las células sanguíneas involucradas en la respuesta inmune o inflamatoria, aumentado el número de glóbulos blancos, con mayor porcentaje de neutrófilos polimorfonucleares y un porcentaje reducido de linfocitos. También se ha visto en estudios con ratas, que el déficit de boro produce cambios en los niveles de las citoquinas inflamatorias. Por otra parte, se han demostrado mejoría en pacientes con osteoartritis suplementados con 6 mg/día de boro, que refieren mejoría de la hinchazón, del movimiento y del dolor articular.

Los estudios en humanos y animales sugieren que el boro tiene un papel en el mantenimiento de la integridad estructural y/o función de las membranas celulares. Parece que sus efectos pueden deberse a que forma complejos con compuestos orgánicos como fosfoinosítidos, glicoproteínas y glicolípidos de las membranas, que podrían actuar como quelantes de calcio y/o como modificadores del metabolismo redox, afectando a la integridad y función de la membrana. Por lo tanto, un nivel bajo de boro puede dañar las funciones de importantes receptores celulares y la transducción de las señales.

El descubrimiento de que el boro cambia la capacidad de algunas hormonas para realizar sus acciones apoya la hipótesis de que afecta a los receptores de membrana o a la transducción de la señal. La privación de boro disminuye la sensibilidad a la insulina, aumenta la necesidad de vitamina D para prevenir problemas óseos, reduce la eficacia de la tiroxina, y la capacidad de unión de la progesterona a su receptor de membrana del ovocito se reduce marcadamente.

Otra prueba de que el boro tiene su acción a nivel de la membrana celular es que el magnesio, que afecta a la función de la membrana, influye en la respuesta a la privación de boro. Por ejemplo, el déficit de boro aumentó el porcentaje de calcio dietético en la orina en mujeres postmenopáusicas deficientes en magnesio, y aumentó la calcitonina sérica en hombres y mujeres mayores con deficiencia de magnesio. Así pues, el nivel de magnesio en la dieta influye en el impacto del nivel de boro dietético en la salud.

Vitamina B6 o piridoxina: El papel fisiológico del magnesio es exclusivamente intracelular. Durante un déficit de magnesio, puede producirse una reducción del magnesio intracelular sin alteración del magnesio en el plasma. Diferentes estudios han demostrado que el suplemento de piridoxal tiene un efecto sinérgico sobre el suplemento de magnesio. La vitamina B6 tiene un papel fundamental en el transporte activo de aminoácidos y minerales a través de las membranas celulares, ya que puede formar quelatos no cargados de metales alcalinos, así como quelatos más complejos de metales y aminoácidos (5).

La piridoxina juega un papel central en el metabolismo del sistema nervioso. La dopamina, norepinefrina, serotonina, ácido gamma aminobutírico y taurina, así como los esfingolípidos y poliaminas, son sintetizadas por enzimas dependientes de piridoxina. Tres de ellos, ácido glutámico descarboxilasa, 5-hidroxitriptófano descarboxilasa y ornitina descarboxilasa son cruciales y pueden explicar la mayor parte de los defectos neurológicos debidos a la deficiencia de piridoxina en animales.

Dada la importancia de la dopamina y serotonina en el control del eje hipotálamo-hipófisis-tiroides, la piridoxina tiene gran importancia en el control de este eje y las hormonas dependientes de él, como las tiroideas y la melatonina, cuya síntesis se reduce cuando hay déficit de piridoxina y vuelve a recuperarse cuando se suplementa con ella (6).

Un suplemento de piridoxina tiene un efecto beneficioso sobre la utilización de magnesio, y se puede esperar que una deficiencia de esta vitamina exacerbe la depleción de magnesio. Muchas funciones metabólicas, como el metabolismo de las proteínas, requieren tanto magnesio como piridoxina. Se ha observado una relación de estos nutrientes con disfunción neurológica, por ejemplo, en el autismo. La deficiencia de cualquiera de estos nutrientes puede afectar al éxito reproductivo, así como al crecimiento y desarrollo de la descendencia.

La deficiencia de vitamina B6 está asociada con la pérdida de magnesio celular. El agotamiento del magnesio celular en los tejidos, como el corazón y el riñón, podría estar involucrado en el inicio de la lesión celular que es seguida por la calcificación de las áreas dañadas y la necrosis del tejido. Los suplementos de magnesio son un medio eficaz para aumentar el magnesio cardiaco, prevenir el aumento de calcio en el corazón y mejorar la salud cardiovascular.

La falta de magnesio o piridoxina promueve el desarrollo de cálculos renales. La deficiencia de magnesio provoca un aumento de calcio en el riñón, y la deficiencia de piridoxina conduce a una mayor absorción intestinal de oxalato. Estas, junto a otras alteraciones, son causa de nefrolitiasis (7).

Se ha encontrado déficit de magnesio en mujeres con síndrome de tensión premenstrual, que puede deberse a baja ingesta/absorción o aumento de la excreción renal. Estas pacientes se quejan de tensión nerviosa, por lo que el estrés puede ser responsable de la depleción de magnesio. El estrés estimula la secreción de glucocorticoides que disminuyen la absorción intestinal de magnesio, y de mineralocorticoides que aumentan su excreción renal.

La deficiencia de magnesio produce algunas alteraciones que pueden explicar los síntomas: un agotamiento selectivo de la dopamina cerebral, unos niveles elevados de aldosterona debidos a hipertrofia glomerular de la corteza suprarrenal, e hiperplasia del aparato yuxtaglomerular del riñón que genera retención de líquidos. Se ha encontrado evidencia del efecto sinérgico de un suplemento diario de magnesio y vitamina B6, en el alivio de los síntomas del síndrome premenstrual (8).

Vitamina D: En los últimos años se ha puesto de manifiesto que el calcitriol (el 1,25 dihidroxicolecalciferol es la forma activa de la vitamina D) juega un papel importante en la modulación de la actividad inmune. La deficiencia de vitamina D se ha asociado con un aumento en el riesgo de padecer algunas enfermedades o en su empeoramiento, como la esclerosis múltiple, la artritis reumatoide o la enfermedad inflamatoria intestinal. Por el contrario, la suplementación generalmente se ha demostrado que es beneficiosa (9).

Sin embargo, la vitamina D se ha asociado típicamente con el metabolismo óseo, desempeñando un papel clave en la absorción y el metabolismo del calcio, el fosfato y el magnesio. Se ha comprobado que la absorción de magnesio aumenta linealmente cuando la ingesta se suplementa con vitamina D. La excreción de magnesio por la orina no se vio incrementada, por lo que la retención de magnesio también aumenta linealmente con la ingesta de vitamina D. Los niveles del calcio y el magnesio en el plasma no se alteran, por lo que hay que aceptar que la vitamina D colabora en el incremento de los niveles intracelulares de magnesio (10).

Selenio: Mantener una concentración fisiológica de magnesio extra e intracelular es importante para la función de más de 300 sistemas enzimáticos y los posteriores procesos biológicos y fisiológicos. El riñón es el principal órgano responsable de la regulación del equilibrio de magnesio. El magnesio plasmático se ultra-filtra a través de los glomérulos y alrededor del 80% se reabsorbe pasivamente en el túbulo proximal y la rama ascendente del asa de Henle. El resto se reabsorbe de forma activa en el túbulo contorneado distal.

Esta reabsorción activa se realiza por el receptor de potencial transitorio de tipo melastatina 6 (TRPM6), que es un canal catiónico crucial en la homeostasis del magnesio. Las mutaciones en TRPM6 causan hipomagnesemia con hipocalcemia secundaria, y ratones con deficiencia de TRPM6 no son embrionariamente viables.

Las células del túbulo contorneado distal contienen gran cantidad de mitocondrias, para producir el ATP que necesita el canal TRPM6 para funcionar, lo que genera un alto estrés oxidativo. Se ha identificado la metionina sulfóxido reductasa B1 (MsrB1), una proteína asociada a TRPM6 que ejerce principalmente su función durante el estrés oxidativo. MsrB1 es una seleno-proteína (necesita selenio para ser activa) que reduce la oxidación que se produce en una metionina del dominio α-quinasa de la TRPM6. Esta actividad es necesaria para evitar la inactivación de TRPM6 a causa del estrés oxidativo, lo que conduciría a una hipomagnesemia (11).

 

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A propósito de la OSTEOARTRITIS y CARTÍLAGO ARTICULAR

LA OSTEOARTRITIS:

La osteoartritis (OA) es la enfermedad articular más común en los paises desarrollados, y frecuente causa de incapacidad crónica, normalmente por OA de rodilla y/o cadera. Su coste económico es muy elevado, por el tratamiento y por la pérdida de productividad laboral. Su prevalencia sigue aumentando a causa de ciertos factores, como la obesidad y el envejecimiento de la población (1). Los factores de riesgo asociados con la OA se dividen en: personales y articulares. Los personales incluyen edad, sexo, obesidad, genética, raza y dieta. Los articulares son las lesiones, el nivel de actividad física, la ocupación laboral y la fuerza muscular. La edad, el sexo, la ocupación laboral, el peso, o la actividad física, son claves para el desarrollo de la OA, mientras que el peso y la dieta influyen en su progresión.

Algunos factores no son modificables, como la edad y el sexo. La mujer tiene más riesgo de sufrir OA de rodilla y cadera, y más tras la menopausia. El cambio hormonal, y la pérdida de volumen y de resistencia a las tensiones biomecánicas del cartílago, son posibles causas. Entre los modificables, el sobrepeso es clave en el desarrollo de OA de rodilla, pero menos para la de cadera. La obesidad esta creciendo mucho en los paises desarrollados, y la probabilidad del obeso de padecer OA de rodilla es siete veces mayor (2), por el efecto mecánico local del aumento de carga, y por el efecto sistémico proinflamatorio de las adipocitoquinas de la grasa.

La ocupación laboral y la actividad física también son modificables. Por ejemplo, la carga articular repetida por trabajar arrodillado y en cuclillas, está asociada con mayor riesgo de OA de rodilla; y levantar cargas o permanecer en pie prolongadamente, se ha asociado con la OA de cadera. Por el contrario, una actividad física adecuada y mantener un estilo de vida activo, incluido el caminar, es beneficioso para la OA. Sin embargo, la mayoría de las personas con OA de rodilla no cumplen con las pautas de actividad física recomendadas.

 

EL CARTILAGO ARTICULAR:

El cartílago articular hialino es un tejido constituido por una pequeña cantidad de células aisladas (condrocitos) y gran cantidad de material extracelular. Es avascular, no inervado, no calcificado, altamente especializado, y se caracteriza por unas propiedades biomecánicas únicas. Su nutrición se realiza por difusión de los nutrientes desde el líquido sinovial y las zonas adyacentes del hueso hasta los condrocitos, gracias a los movimientos de compresión y recuperación a que se ve sometido el cartílago durante el ejercicio. Por eso, un cartílago articular dañado, necesita de un ejercicio moderado para favorecer su recuperación (3, 4).

Las propiedades viscoelásticas del cartílago (firmeza y flexibilidad), se derivan de la estructura de su matriz extracelular (MEC), compuesta principalmente por colágeno y el proteoglicano (PG) altamente sulfatado denominado agrecano, el cual es retenido en el cartílago por su unión a otro glicosaminoglicáno (GAG) no sulfatado, el ácido hialurónico o hialuronano (HA). También hay otras proteínas en menor cantidad, pero de gran importancia en la regulación de la homeostasis del cartílago. La síntesis de la MEC del cartílago requiere la expresión de genes específicos en el condrocito, que está muy regulada por sus propios componentes. En condiciones normales, hay un equilibrio entre la degradación y la síntesis de la MEC, que se rompe en situaciones patológicas.

El colágeno es una proteína de gran importancia para el mantenimiento de la homeostasis del cartílago articular, y cuando se reduce su cantidad, se produce un aumento en la degradación del cartílago. En situaciones patológicas, se produce un aumento en la degradación del colágeno, que unido a su reducida síntesis por carencias nutricionales, va a condicionar un incremento en la velocidad de destrucción del cartílago y en la alteración del hueso subcondral. Como ya es conocido, una intervención nutricional con ciertos aminoácidos (glicina, lisína y arginina) a dosis máximas fisiológicas, permite el incremento de la síntesis de colágeno en el condrocito, y frenar la progresiva pérdida de cartílago articular.

Los PGs son macromoléculas complejas formadas por un núcleo proteico al que se unen largas cadenas de polisacáridos denominados GAGs, como el condroitín sulfato (el más abundante), el queratán sulfato y el dermatán sulfato, que están formados por una cadena larga y no ramificada, de unidades repetidas de polisacáridos. El 80-90% de los PG son grandes y se denominan agrecanos debido a sus propiedades de agregación. En el extremo N-terminal de la proteína central, se produce la unión específica al HA, formando un complejo agrecano-HA.

El HA es un GAG de alto peso molecular, que alterna de forma repetida unidades de N-acetilglucosamina (GlcNAc) y ácido glucurónico (GlcUA). Se sintetiza en la membrana plasmática del condrocito, por la enzima hialuronano sintasa (HAS), que lo deposita en la MEC a través de un poro en la membrana celular. Debido al papel crítico del HA en la retención del agrecano, se estudia la regulación de la actividad de la HAS por factores de crecimiento, citoquinas y hormonas. Se ha comprobado que algunos azúcares aumentan la expresión de la HAS, y aumentan la síntesis de HA. El nivel de los precursores UDP-GlcNAc y UDP-GlcUA influye en la cantidad de HA sintetizado, y además influye en la regulación de la transcripción del gen HAS. Pero tanto la manosa como la glucosamina incrementan la expresión del gen HAS de forma muy superior a los precursores.

La OA se caracteriza por la destrucción irreversible del cartílago articular y la erosión ósea, inducida por citoquinas proinflamatorias, por ejemplo, interleuquina 1 (IL-1), interleucina 6 (IL-6) y factor de necrosis tumoral α (TNF-α). Estos mediadores aumentan la síntesis de colagenasa o metaloproteinasa de matriz (MMP) y la degradación del colágeno tipo II, y disminuyen la síntesis de inhibidores de colagenasa, colágeno y proteoglicanos (5).

En la OA, los componentes de la MEC son degradados enzimáticamente. Las agrecanasas, son las enzimas que rompen específicamente un enlace en el núcleo del agrecano, y se cree que son las enzimas más críticas y tempranas en la degradación de la MEC del cartílago, tanto en condiciones fisiológicas como patológicas. Las colagenasas, también llamadas metaloproteinasas, son las enzimas responsables de degradar el colágeno, y también juegan un papel importante en la destruction del cartílago en la OA. Las hialuronidasas son las enzimas que rompen el hialuronano en pequeños fragmentos.

Cuando las articulaciones pierden completamente el cartílago, el hueso crece para tratar de reparar el daño. Sin embargo, el hueso crece anormalmente y en lugar de mejorar las cosas las empeora, haciendo la articulación dolorosa y limitando su capacidad de movimiento (6).

 

COMPLEMENTO NUTRICIONAL PARA LA OSTEOARTRITIS

Aún no se ha logrado una cura para la OA, y su tratamiento es principalmente paliativo, dedicado al alivio de los síntomas y a retrasar el deterioro del cartílago. La recomendación de intervenciones no farmacológicas, como la pérdida de peso, el ejercicio, etc., y los tratamientos farmacológicos como paracetamol, antiinflamatorios no esteroideos, etc., son lo más frecuente, pero se necesitan tratamientos alternativos seguros y eficaces,

Ante la ausencia de cura de una patología crónica como la OA, se refuerza la importancia de la prevención, la cual podría ser abordada desde la nutrición, la cual proporciona más beneficios de salud a largo que a corto plazo, ya que sus efectos producen leves beneficios que se suman día tras día. Además, los mecanismos que degradan el cartílago son múltiples y algunos compuestos nutricionales, como los extractos de plantas, contienen muchos compuestos activos que actúan en diferentes vías. Otro atractivo de la nutrición para tratar la OA es su seguridad, ya que las intervenciones farmacológicas a largo plazo se asocian con efectos adversos (7).

La combinación de sulfato de glucosamina (SG) y condroitín sulfato (CS) es un suplemento habitual en el tratamiento sintomático de la OA. La glucosamina es un componente básico para la biosíntesis de GAGs, HA y PGs, que intervienen en la formación del cartílago de las superficies articulares, y los tendones, ligamentos, y el líquido sinovial. La función principal del GS para detener o revertir la degeneración de las articulaciones afectadas por OA, se basa en su capacidad para estimular la biosíntesis de los GAGs y del HA que forman los PGs de la matriz del cartílago. Por su parte, el CS es una clase crítica de GAG necesario para la formación de los PGs del cartílago articular, y ya se absorba intacto o fragmentado en sus componentes, también proporciona sustratos para la formación de la matriz del cartílago, como ácido glucurónico y N-acetilgalatosamina. Son muchos los estudios que han demostrado los efectos favorables del GS y el CS, tanto en la reducción del dolor como en la mejora de la movilidad cuando se administran a pacientes con degeneración articular por OA (8).

Entre los tratamientos conservadores de la rodilla afectada por OA, se incluye desde hace mucho tiempo la inyección intraarticular de hialuronano (HA) para restaurar sus niveles reducidos. Se ha comprobado que este HA previene la desnaturalización del cartílago protegiendo su capa externa, reduce la inflamación sinovial y promueve su metabolismo normalizando el líquido sinovial, aumenta la densidad de condrocitos, y disminuye el dolor agudo reduciendo los niveles de sustancias inflamatorias como la prostaglandina E2. Por lo tanto, se sabe que HA tiene una fuerte relación con la salud de la articulación de la rodilla (9).

Más recientemente se ha incorporado el HA a los suplementos orales, con buena eficacia sobre síntomas como el dolor. Al igual que ocurre con el CS, el HA de alto peso molecular tiene dificultad para ser absorbido por el epitelio intestinal, y aunque se ha demostrado que la microbiota intestinal (Lactobacillus y Bifidobacterium) metaboliza las fibras de HA rompiendolo en pequeños fragmentos que pueden ser absorbidos, se prefiere poner en los suplementos un HA de bajo peso molecular. Se ha visto en estudios experimentales, que el HA oral se une a un receptor intestinal (Toll-like receptor-4, TLR-4), lo que aumenta la producción de interleuquina-10 (IL-10), una citocina antiinflamatoria, incrementa la expresión del supresor de la señal de la expresión de citoquinas 3 (SOCS3) y disminuye la de la pleiotrofina. Estos efectos conducen a reducir la inflamación y el dolor de la OA (9).

Los extractos de plantas medicinales se utilizan por vía oral desde antiguo en el tratamiento de la OA, y aunque sus mecanismos de acción no se han dilucidado por completo, sus interacciones con mediadores inflamatorios, radicales libres y enzimas que degradan cartílago, proporcionan un fundamento para su uso en la OA. Son muchos los estudios científicos que avalan la eficacia de los extractos herbales en patologías inflamatorias degenerativas como la OA, pero también destacan por su seguridad, ya que no producen efectos secundarios de importancia (6).

 

            Harpagophytum procumbens (harpagofito) es una planta medicinal aprobada por la Comisión Alemana E para el tratamiento de enfermedades degenerativas del sistema musculoesquelético. Estudios in vitro mostraron actividad condroprotectora, mediante disminución de la síntesis de mediadores inflamatorios como TNF-α e IL-1β, y la inhibición de las metaloproteinasas y elastasa de la matriz. Estudios clínicos en humanos mostraron que 50-60 mg de harpagosidos diarios, mejoraban significativamente el cuadro clínico de sujetos con osteoartritis de rodilla y cadera en términos de dolor, limitación de movimiento y crepitación articular (5).

 

            Uncaria tomentosa (uña de gato) ha sido ampliamente utilizada para el tratamiento de la artritis reumatoide y otras enfermedades inflamatorias por sus potentes efectos anti-inflamatorios. Contiene varias clases de metabolitos, como alcaloides, polifenoles, glucósidos, triterpenos y saponinas, aunque su principal alcaloide es la mitrafilina, que es capaz de inhibir la liberación de las interleucinas 1α, 1β, 4, 17 y del TNF-α, moléculas clave en la respuesta inflamatoria, pero su actividad antiinflamatoria es debida a varios metabolitos actuando sinérgicamente. Recientemente se ha demostrado que U. tomentosa modula la señalización purinérgica mediante la inhibición de la enzima ectonucleósido trifosfato difosfohidrolasa (E-NTPDasa), lo que reduce las concentraciones de nucleótidos y modula la respuesta inflamatoria, inmunitaria y el dolor (10).

 

            Rheum palmatum (ruibarbo) es una planta medicinal tradicional en la medicina China, cuyos componentes medicinales son varias antraquinonas, entre ellas una de las más importantes es la reína, la cual presenta una potente acción anti-inflamatoria, gracias a la cual se ha empleado con éxito en la OA. Además, la reína es el metabolito activo de la diacereína, un fármaco empleado en el tratamiento de la OA, y cuenta con muchos estudios sobre su mecanismo de acción. Se ha observado que es condroprotectora y que incrementa la síntesis de hialuronano por las células sinoviales. Previene la destrucción del cartílago mediante la reducción de las citoquinas pro-inflamatorias como la IL-1β, y se ha observado que también reduce la producción de radical superóxido por los neutrófilos. Además, la reína inhibe la expresión de las metaloproteasas que degradan el colágeno, protegiendo al cartílago del deterioro (11).

 

            Boswellia serrata se ha utilizado para la artritis desde la antigüedad en la India, y hay estudios de alta calidad en personas con osteoartritis, en los que B. serrata mejoró ligeramente el dolor y la función (6). Sus resinas contienen varios ácidos boswellicos,  como el ácido acetil-ceto-beta-boswéllico, que es un potente inhibidor de la vía de la 5-lipoxigenasa, un enzima clave en la biosíntesis de leukotrienos a partir del ácido araquidónico en la cascada inflamatoria celular, y tiene propiedades anti-inflamatorias. Estudios clínicos han demostrado alivio del dolor y mejoras en la rigidez y la función articular, que pueden ser debidas a una reducción de la expresión de las metaloproteasas que degradan el cartílago. Además, con un nivel de efectos adversos igual que placebo (12).

 

            Curcuma longa. El ingrediente activo es el diferuloilmetano, un pigmento fenólico amarillo conocido como curcumina, que tiene una acción beneficiosa en varias patologías (diabetes, cáncer, inflamación, estrés oxidativo) por su capacidad para influir en varias vías de señalización. En estudios de artritis experimentales y clínicos, se ha demostrado que mejora la inflamación articular y periarticular disminuyendo la activación del factor nuclear kappa-B (NF-κB), lo que reduce la producción de citocinas proinflamatorias, la COX-2, o el ligando activador del receptor del NF-κB (RANKL), lo que reduce el daño articular de forma comparable a la prednisona y betametasona. La cúrcuma se ha utilizado en la artritis en combinación con extractos de otras plantas como la boswellia o el gengibre, obteniendo resultados muy satisfactorios (5).

 

            Piper nigrum. La piperina ha demostrado ser un potenciador que aumenta la biodisponibilidad de moléculas hidrófobas como la curcumina, ya que reduce la rapidez con que se metaboliza y mejora su absorción intestinal, aumentando el tiempo de residencia, y alterando la dinámica de lípidos de membrana y la conformación de las enzimas intestinales.  La piperina inhibe la glucuronidación de la curcumina en el intestino y el hígado. Los estudios demostraron que la administración concomitante de la curcumina con piperina produjo un aumento en la biodisponibilidad de la curcumina del 150% en ratas y del 2000% en el hombre (13).

 

            Metilsulfonilmetano (MSM)  es un nutracéutico que se utiliza para el tratamiento de la OA, aunque normalmente se usa combinado con otros agentes anti-artríticos como la glucosamina, la condroitina o la Boswellia. El MSM inhibe la actividad transcripcional del NF-κB en linfocitos B activados, y evita la degradación del inhibidor del NF-κB. El NF-κB es responsable de la expresión de genes que codifican citoquinas pro-inflamatorias. El MSM inhibe la transcripción de mRNA para IL-1, IL-6, y TNF-α, y reduce la producción de estas citoquinas. También disminuye la expresión de la óxido nítrico sintasa inducible (iNOS) y la ciclooxigenasa-2 (COX-2), reduciendo la producción de agentes vasodilatadores como el óxido nítrico (NO) y prostanoides. El NO modula el tono vascular y regula la activación de los mastocitos, por lo que MSM puede inhibir la acción de los mastocitos en la inflamación, y con la reducción de las citoquinas y agentes vasodilatadores, inhibir el flujo y el reclutamiento de células inmunes a los sitios con inflamación local (14).

Las vitaminas tienen efectos beneficiosos en la OA gracias a sus propiedades antioxidantes. Por lo general, la mayoría de las especies reactivas de oxígeno (ROS) se neutralizan por enzimas como la superóxido dismutasa, la catalasa y la peroxidasa o por pequeñas moléculas antioxidantes como el glutatión. Sin embargo, en la OA se producen grandes cantidades de ROS, que contribuyen a la degradación del cartílago, inhibiendo su síntesis, o activando las enzimas que lo degradan, y la capacidad antioxidante de las células puede ser insuficiente (7). El estudio de Framingham encontró una reducción en el riesgo de progresión de la OA y la pérdida de cartílago en las personas con la ingesta de vitamina C más alta. El ácido ascórbico es también un cofactor necesario para las prolil y lisil hidroxilasas, enzimas cruciales en la síntesis de colágeno, además incrementa los niveles de mRNA del  colágeno, del agrecano y la α-prolyl 4-hidroxilasa, lo cual aumenta la síntesis de proteoglicanos y de proteínas en los condrocitos articulares.

 

            La vitamina D es necesaria para el metabolismo óseo, y la fisiopatología de la OA afecta al hueso periarticular. El estudio de Framingham encontró en los pacientes con niveles séricos más bajos de vitamina D, un riesgo de progresión de OA tres veces mayor, así como pérdida de espacio articular y crecimiento de osteofitos. Mujeres con fracturas osteoporóticas tienen mayor riesgo de OA de cadera cuando sus niveles séricos de vitamina D3 son más bajos. Además, la expresión de los receptores de vitamina D está aumentada en condrocitos humanos con OA. Por lo tanto, los niveles subóptimos de vitamina D pueden afectar el metabolismo óseo y predisponer a OA (7).

El estrés oxidativo parece ser uno de los principales factores causales de la OA. Las especies reactivas de oxígeno, como el radical superóxido, el radical hidroxilo y el peróxido de hidrógeno, son capaces de dañar numerosos componentes de la articulación, incluyendo colágeno, proteoglicanos e hialuronano. Afortunadamente, existen varias defensas antioxidantes para proteger los tejidos contra el estrés oxidativo, formadas por enzimas antioxidantes, como superóxido dismutasa, catalasa, glutatión peroxidasa, glutatión reductasa y glutatión-S-transferasa, las cuales precisan de algunos oligoelementos como cofactores, como el selenio, el manganeso, el cobre o el zinc (15). Se ha comprobado que los cartílagos y líquidos sinoviales de las articulaciones afectadas por OA tienen niveles menores de estas defensas antioxidantes que los de articulaciones sanas (16).

 

            Boro. Estudios epidemiológicos, informes de casos clínicos y estudios controlados en animales y humanos, han mostrado que el boro es un tratamiento seguro y eficaz para la OA. En áreas con baja ingesta de boro, aumenta la incidencia de OA, y se ha visto un nivel de boro menor en las cabezas del fémur, los huesos y el líquido sinovial de los pacientes con OA comparado con los individuos sin OA. Estudios experimentales en ratas artríticas sugieren que el boro reduce las enzimas de la respuesta inflamatoria y tiene un efecto inmunomodulador beneficioso. Un ensayo doble ciego de boro frente a placebo indicó que la administración de boro podría mejorar los síntomas en personas con OA y artritis reumatoide. En un estudio reciente, tras la administración boro a pacientes con OA, el dolor disminuyó fuertemente, la rigidez articular desapareció y se mejoró la movilidad y la flexibilidad. Además, se encontraron pruebas de que el boro podría tener un doble papel como agente antiinflamatorio y antioxidante, y con efecto beneficioso sobre el metabolismo lipídico (17).

 

REFERENCIAS:

 

  1. Plotnikoff R. y cols. (2015) Osteoarthritis prevalence and modifiable factors: a population study. BMC Public Health 15:1195.
  2. Ackerman I. y Osborne R. (2012) Obesity and increased burden of hip and knee joint disease in Australia: Results from a national survey. BMC Musculoskeletal Disorders, 13:254.
  3. Vega J. A., y cols. (2002) Bioquímica y biología del cartílago articular. Revista de Ortopedia y Traumatología; 5:391-400.
  4. Forriol F. (2002) El cartílago articular: aspectos mecánicos y su repercusión en la reparación tisular. Revista de Ortopedia y Traumatología; 5:380-390.
  5. Dragos D. y cols. (2017) Phytomedicine in Joint Disorders. Nutrients, 9, 70.
  6. Cameron M. y Chrubasik S. (2015) Oral herbal therapies for treating osteoarthritis. The Cochrane Database of Systematic Reviews. July 07.
  7. Ameye L.G. y Chee W.S. (2006) Osteoarthritis and nutrition. From nutraceuticals to functional foods: a systematic review of the scientific evidence. Arthritis Research and Therapy; 8(4): R127.
  8. Kelly G.S. (1998) The Role of Glucosamine Sulfate and Chondroitin Sulfates in the Treatment of Degenerative Joint Disease. Alternative Medicine Review. 3(1): 27-39.
  9. Oe M. y cols. (2016) Oral hyaluronan relieves knee pain: a review. Nutrition Journal. 15:11.
  10. Castilhos L.G., y cols. (2015) Effect of Uncaria tomentosa extract on purinergic enzyme activities in lymphocytes of rats submitted to experimental adjuvant arthritis model. BMC Complementary and Alternative Medicine 15:189.
  11. Tamura T. y cols. (2001) Rhein, an active metabolite of diacerein, down-regulates the production of pro-matrix metalloproteinases-1, -3, -9 and -13 and up-regulates the production of tissue inhibitor of metalloproteinase-1 in cultured rabbit articular chondrocytes. Osteoarthritis and Cartilage 9, 257–263.
  12. Sengupta K., y cols. (2008) A double blind, randomized, placebo controlled study of the efficacy and safety of 5-Loxin® for treatment of osteoarthritis of the knee. Arthritis Research and Therapy, 10: R85.
  13. SHOBA G. et al. (1998) Influence of Piperine on the pharmacokinetics of Curcumin in animals and human volunteers. Planta Medica; 64: 353-356.
  14. Butawan M. y cols. (2017) Methylsulfonylmethane: Applications and Safety of a Novel Dietary Supplement. Nutrients, 9, 290.
  15. Ostalowska A. y cols. (2006) Lipid peroxidation and antioxidant enzymes in synovial fluid of patients with primary and secondary osteoarthritis of the knee joint. Osteoarthritis and Cartilage. Feb;14(2):139-45.
  16. Regan E.A., y cols. (2008) Joint fluid antioxidants are decreased in osteoarthritic joints compared to joints with macroscopically intact cartilage and subacute injury. Osteoarthritis and Cartilage. Apr; 16(4):515-21.
  17. Scorei R. y cols. (2011) A double-blind, placebo-controlled pilot study to evaluate the effect of calcium fructoborate on systemic inflammation and dyslipidemia markers for middle-aged people with primary osteoarthritis. Biological Trace Element Research. Dec;144(1-3):253-63.
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Comparación de las diferentes formas lipídicas para consumir DHA.

Comparación de las diferentes formas lipídicas para consumir DHA.

Son varias las formas lipídicas en que los ácidos grasos omega 3 pueden ser consumidas:

ácidos grasos libres, etil ésteres, triglicéridos (naturales o reesterificados), y fosfolípidos. Según algunos autores cualificados, todos ellas son válidas para incrementar la concentración de omega 3 de nuestras células, principalmente DHA en forma de fosfolípidos en las membranas celulares.

Los ácidos grasos libres, se absorben fácilmente ya que no precisan una metabolización previa por parte de las lipasas, cosa que si es necesaria para el resto de las formas, y presentan una buena biodisponibilidad. A nivel gastrointestinal son peor tolerados, ocasionando diarrea, nauseas y molestias abdominales. Se han desarrollado presentaciones con cubierta entérica que mejoran su tolerabilidad. No son muy utilizados como suplementos.

Los etil ésteres de ácidos grasos omega 3, son una forma lipídica bastante utilizada, pues se producen mediante procesos simples y económicos, en los que se obtienen los omega 3 EPA y DHA purificados. Tienen el problema de ser moléculas no presentes en la naturaleza, por lo que las lipasas las metabolizan peor, y alcanzan una menor biodisponibilidad de los ácidos grasos omega 3.

Los triglicéridos son una forma natural de presentarse los ácidos grasos en la naturaleza, y los aceites de pescado están formados principalmente por triglicéridos, aunque la proporción de ácidos grasos omega 3 EPA y DHA es bastante baja. Un gran avance es la reesterificación enzimática en un nuevo triglicérido de los ácidos grasos DHA previamente separados, que es la forma que contiene el DHA ORIGEN NPD1 de NUTILAB. Esta forma permite alcanzar una alta pureza, concentración y estabilidad, así como ingerir cantidades muy importantes de DHA puro.

Durante el transito intestinal, tanto el triglicérido natural como el semisintético, se metabolizan por la lipasa pancreática, que libera dos ácidos grasos libres y un monoacilglicerol, que se absorben muy bien y tienen una alta biodisponibilidad.

Los fosfolípidos también son una forma natural de presentarse los ácidos grasos, que se absorben con facilidad y alcanzan una alta biodisponibilidad. Es una forma en que se presentan los ácidos grasos obtenidos de krill y otros crustáceos marinos. Su obtención requiere procedimientos más caros, y no se consiguen aceites de ácidos grasos puros, al contrario, se obtienen mezclas de ácidos grasos saturados, monoinsaturados, y poliinsaturados, y dentros de estos hay mezcla de omegas 9, omega 6 y omega 3, y estos a su vez son mezcla de EPA y DHA. Una parte de los ácidos grasos están en forma de fosfolípidos, otra como triglicéridos, y otra como ácidos grasos libres. La composición proporcional de ellos varía según la especie de crustáceo, la época del año, y el método de purificación empleado. Además de ácidos grasos, también aportan otros nutrientes como colina, carotenoides o vitaminas. El aceite de krill, generalmente aporta unos 75 mg de EPA y 45 mg de DHA por cápsula, por lo que alcanzar una dosis de 1000 mg de DHA, supone tomar 22 cápsulas con un coste superior a 9 €, mientras que una cápsula de DHA ORIGEN NPD1, que aporta esos 1000 mg de DHA tiene un coste aproximado de 0,6 €.

Según podemos comprobar en la revisión publicada por Arterburn y cols (2006), la forma más eficaz de incrementar el índice omega 3, y principalmente de incrementar la fijación de DHA como omega 3 más importante para nuestra salud, es la suplementación con DHA puro, altamente concentrado, y en dosis elevadas. Dado que EPA compite con el DHA por la absorción, los suplementos que contengan EPA y DHA serán menos eficaces para obtener el resultado buscado.

Por estos motivos, se puede concluir sin duda, que el DHA puro que aporta DHA ORIGEN NPD1, es más eficaz que los suplementos de aceite de krill, para incrementar la absorción del DHA y aumentar el índice omega 3. Además, para las personas que desean tomar altas dosis de DHA, el aceite de krill es una opción mucho más cara y menos eficaz, en comparación con DHA ORIGEN NPD1.

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Glicina y diabetes

Las autoridades sanitarias se han dado cuenta de las dimensiones que está adquiriendo la Diabetes Mellitus tipo 2 (DMT2), e intentan reducir el consumo de bebidas azucaradas subiendo los impuestos, al igual que se hizo anteriormente con los impuestos al tabaco y alcohol.En mi opinión, ha llegado el momento de instaurar políticas educativas, que lleven a escuelas e institutos, la asignatura de nutrición y hábitos saludables. Creo que la mayoría de los padres no tienen suficiente conocimiento de esta materia, para educar a sus hijos, pero tampoco los profesores. Y es necesario una buena educación para poner freno a la DMT2 y la obesidad, que llevan camino de convertirse en una pandemia.

También es necesario conocer bien las implicaciones que tiene la DMT2 en el metabolismo y las patologías que con mucha frecuencia aparecen asociadas a ella, como son las cardiovasculares, y cuyos órganos más afectados son los riñones, el sistema nervioso y la retina. Se ha publicado que los daños que provoca la DMT2 son causados por la glicosilación de ciertas moléculas. Estas, que se conocen como productos avanzados de la glicación, son causadas también por el propio envejecimiento normal, y se están buscando formas para reducirlos.

Recientemente se ha publicado, que los pacientes con DMT2 tienen hipoglicinemia, esto es, niveles muy bajos de glicina en sangre. La causa, es la gran cantidad de ácidos grasos que producen las personas con DMT2, y que para eliminarlos se produce un complejo entre una glicina y un ácido graso que facilita su eliminación biliar, provocando una caída importante en los niveles de glicina.

La glicina es un aminoácido clave en el metabolismo, ya que participa en la síntesis de muchas moléculas muy importantes para nuestra vida, como el grupo hemo de la hemoglobina, la creatina, el glutatión, etc., pero la de mayor importancia por la cantidad que se produce es el colágeno, que supone el 25% de las proteínas del cuerpo, y en la que uno de cada tres aminoácidos es glicina.

En los estudios publicados se demuestra la eficacia de suplementar a los diabéticos con glicina. Los beneficios se producen a tres niveles diferentes:

1- La glicina produce una reducción de la glicación de las proteínas, y concretamente de la hemoglobina glicosilada que es el marcador que se emplea para evidenciar la eficacia de los fármacos antidiabéticos. Esto supone una reducción importante del daño que causa la DMT2, por ejemplo, de las neuropatías y nefropatías. Estudios clínicos en los que se aportan 5 gramos de glicina cada 6 horas a pacientes diabéticos de tipo I y II, han demostrado una importante reducción de la hemoglobina glicosilada, a pesar de que la glicina tiene sólo un leve efecto hipoglicemiante.

2- La glicina reduce considerablemente la hipertrigliceridemia (ácidos grasos elevados en sangre), que es la causa de los depósitos de grasas viscerales, incluida la esteatosis hepática, que son tan graves en los diabéticos. La glicina se conjuga en el hígado con los ácidos grasos para facilitar su eliminación por vía biliar. En este proceso se gasta gran cantidad de glicina.

3- La glicina reduce la calcificación de las arterias y el desarrollo de aterosclerosis. La hipoglicinemia provoca una pérdida de colágeno en las arterias, que se debilitan y enferman, se forman placas ateromatosas, se calcifican y se rompen. El suplemento con glicina recupera la producción de colágeno y la resistencia de las arterias, ayudando a disminuir el riesgo de enfermedad cardiovascular.

Laboratorio Nutilab, ha desarrollado Collagen Care para incrementar la síntesis endógena de colágeno, con una fórmula en la que la glicina es el principal componente. Cada sobre de Collagen Care aporta 5 gramos de glicina, además de lisina, arginina, magnesio, vitamina C y silicio. Su diseño, que inicialmente fue pensado para prevenir el deterioro del cartílago de las articulaciones, puede ser ideal para prevenir la aparición de patologías asociadas a la diabetes, como la esteatosis hepática (higado graso) o la enfermedad cardiovascular.

Referencias:
1. Adeva-Andany M. y cols., (2017) Insulin resistance and glycine metabolism in humans. Amino Acids. Nov 1.

2. Carvajal-Sandoval, G. y cols. (2007) V. Prevención de los daños producidos por la diabetes mellitus y la senescencia. Gac Méd Méx Vol. 143 N

Descarga el PDF Glicina y diabetes.

Dr. Javier Terán. Doctor en Bioquímica y Biología Molecular

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La nutrición en las enfermedades asociadas al neuroenvejecimiento

El aumento de la esperanza de vida, indica que la incidencia de enfermedades neurodegenerativas relacionadas con la edad aumentará paulatinamente. Un factor crítico que desempeña un papel crucial en el envejecimiento del cerebro, es la excepcionalmente alta demanda de energía de las neuronas para realizar los procesos neuronales y mantener la capacidad cognitiva. El cerebro representa el 2% de la masa corporal de un individuo y consume el 20% del oxígeno. Este alto consumo de oxígeno para la generación de energía, puede reflejar una mayor vulnerabilidad del cerebro al ataque de radicales libres y a la posterior inflamación. El buen funcionamiento del sistema inmunológico en el cerebro es crucial para mantener su homeostasis. La desregulación del sistema inmune, con una producción incontrolada de radicales libres y citoquinas proinflamatorias, aceleran el envejecimiento cerebral, y determinan la aparición de patologías como el Parkinson, la esclerosis o las demencias.Demencia, es un término general para enfermedades y afecciones caracterizadas por una disminución de la memoria u otras habilidades cognitivas que, finalmente, afectan a la capacidad de la persona para realizar actividades cotidianas, y que es causada por un daño en las neuronas, que dejan de funcionar normalmente y acaban por morir. La enfermedad de Alzheimer, es el tipo más común de demencia, y representa el 60-80% de los casos de demencia. Se asocia con una pérdida inicial de memoria, seguida por el deterioro en otras funciones cognitivas, tales como el lenguaje, las habilidades visuoespaciales y la función ejecutiva, junto con los cambios de comportamiento. Finalmente, los pacientes acaban postrados, incontinentes e incapaces de comunicarse.

Los tratamientos farmacológicos más utilizados en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, son los inhibidores de la colinesterasa (donepezilo, rivastigmina y galantamina), que previenen la descomposición de la acetilcolina, un compuesto químico (neurotransmisor) del cerebro que es importante para la memoria y el proceso cognitivo. Estos medicamentos pueden ayudar a retrasar los síntomas o impedir que empeoren por un tiempo limitado, y son recetados para el tratamiento de los síntomas de grado leve a moderado de la enfermedad de Alzheimer. A medida que la enfermedad progresa, el cerebro produce menos y menos acetilcolina, y por lo tanto, con el tiempo, los inhibidores de la colinesterasa van perdiendo su efecto. Otro medicamento es la memantina, un antagonista del N-metil D-aspartato (NMDA), es recetado para el tratamiento de los síntomas de grado moderado a severo de la enfermedad de Alzheimer. Funciona regulando el glutamato, un importante compuesto químico en el cerebro, que cuando es producido en cantidades excesivas es citotóxico y puede conducir a la muerte de las neuronas. En estadíos avanzados de la enfermedad los dos tipos de medicamentos son recetados en combinación, debido a que los antagonistas del NMDA funcionan de manera distinta a la de los inhibidores de colinesterasa, pero también a causa de la baja eficacia de ambos tipos de fármacos.

Como se puede ver, los tratamientos farmacológicos empleados son de baja eficacia, básicamente son sintomáticos, y no abordan de forma directa la causa que está provocando el deterioro neurológico, y que está conduciendo a la muerte neuronal. Se trata de un proceso inflamatorio, originado por una desregulación del procesamiento de ciertas proteínas, y que provoca una alteración de la homeostasis celular y una respuesta inflamatoria que acaba provocando la apoptosis neuronal.

La nutrición es un factor ambiental, que parece estar fuertemente relacionado con la enfermedad de Alzheimer. La nutrición puede modular las interacciones entre los genes, el envejecimiento y la susceptibilidad a la enfermedad, a través de mecanismos epigenéticos.

Los ácidos grasos Omega-3 proporcionaron la primera demostración experimental coherente del efecto de los nutrientes en la dieta sobre la estructura y función del cerebro. Se demostró que la diferenciación y el funcionamiento de las células cerebrales, requiere ácidos grasos omega-3, y que su deficiencia altera el curso del desarrollo cerebral, perturba la composición y las propiedades  fisicoquímicas de las membranas celulares cerebrales (neuronas, oligodendrocitos y astrocitos), y de otras estructuras como la mielina, las terminaciones nerviosas o las mitocondrias, lo que conduce a perturbaciones bioquímicas y fisiológicas, y produce trastornos neurosensoriales y conductuales. En consecuencia, la presencia de los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 en la dieta, condiciona las capacidades visuales, cerebrales e intelectuales. Por otra parte, la deficiencia de omega-3 en la dieta, puede impedir la renovación satisfactoria de las membranas y acelerar así el envejecimiento cerebral. Los ácidos grasos omega-3 dietéticos están implicados en la prevención de la enfermedad cardiovascular (incluso en la vascularización cerebral), y en algunos desórdenes  neuropsiquiátricos, particularmente en la depresión y la demencia, especialmente en la enfermedad de Alzheimer y la demencia vascular.

El DHA (ácido docosahexaenoico) es uno de los macronutrientes principales para la síntesis de los fosfolípidos que constituyen las estructuras de las membranas celulares del cerebro. Es el único ácido graso omega-3 que tiene una presencia significativa en el cerebro, y es totalmente necesario para la función neuronal. La principal fuente de DHA en la alimentación es el pescado, y aunque los humanos tenemos una cierta capacidad para sintetizarlo a partir de otros ácidos grasos omega-3 de cadena más corta, se trata de un proceso de poca eficiencia. Durante la última década, la investigación sobre el DHA se ha centrado de su papel en el mantenimiento de la salud y la función del cerebro, particularmente durante el envejecimiento y las enfermedades, estudiando si la suplementación de la dieta con DHA puede reducir el riesgo de desarrollo o progresión de estas enfermedades. En general, los estudios apoyan la idea de que la suplementación a largo plazo con DHA, puede beneficiar a los adultos mayores con problemas de memoria y deterioro cognitivo leve, así como a pacientes con enfermedad de Alzheimer leve o moderada. Actualmente, tras el descubrimiento de que el DHA puede generar mediadores de lípidos bioactivos, como resolvinas, protectinas, etc., los estudios se centran en demostrar que estos lípidos desempeñan un papel en el control de las respuestas inflamatorias crónicas y el deterioro cognitivo en el cerebro con demencia.

Una extensa investigación ha demostrado que la uridina administrada con otros nutrientes (DHA y colina) mejora la formación y la función de las estructuras sinápticas, lo que la convierte en un buen apoyo nutricional para los pacientes con enfermedad de Alzheimer. Estos enfermos tienen menores niveles de uridina plasmática que los pacientes sanos. La uridina atraviesa la barrera hematoencefálica, entra en las células cerebrales y se fosforila a uridina monofosfato, que juega un papel importante en la síntesis de fosfolípidos.

La colina entra al cerebro mediante una proteína de transporte en las células endoteliales que recubren los capilares del cerebro. La tasa de entrada de colina depende del gradiente entre sus concentraciones en el líquido extracelular del cerebro y en la sangre. En los adultos, se recomienda una ingesta diaria de 500 mg de c olina. Junto con otros nutrientes, el DHA, la uridina y la colina, incrementan la síntesis de fosfolípidos en el cerebro, que son necesarios para la formación de la membrana de las dendritas y especialmente de las terminaciones sinápticas.

Las sirtuinas son un grupo de de ac etilasas NAD+ dependientes muy conservadas, que promueven la longevidad en muchos organismos. Sirtuina 1 (SIRT1) es conocida por desacetilar histonas y proteínas no histonas, regulando el metabolismo, la resistencia al estrés, la supervivencia celular, la senescencia celular, el envejecimiento, la función inmunológica inflamatoria, las funciones endoteliales y los ritmos circadianos.

Los polifenoles dietéticos naturales, como el resveratrol, han demostrado activar SIRT1 en muchos estudios. Dado que la activación de SIRT1 es beneficiosa en diversas funciones celulares en respuesta a estímulos ambientales y proinflamatorios, la regulación de la actividad de SIRT1 por el resveratrol, es una estrategia prometedora contra la inflamación crónica, que desempeña un papel etiológico en muchas enfermedades relacionadas con la edad.

Los aminoácidos que componen las proteínas de la dieta, tienen una importante contribución a la función cerebral. Ciertos aminoácidos son indispensables para la elaboración de algunos neurotransmisores, y entre ellos, el triptófano es el que desempeña un papel más importante.

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DERIVADOS DEL DHA: DOCOSANOIDES – NPD1 (NEUROPROTECTINA D1)

La importancia para nuestra salud del ácido docosahexaenoico (DHA), el ácido graso poliinsaturado omega 3 de cadena larga, se ha puesto de manifiesto en muchos estudios. Más allá de los beneficios que aporta la presencia del DHA en las membranas celulares de los diferentes tejidos, en especial de la retina, los gametos y el cerebro, se ha puesto el foco en sus derivados enzimáticos llamados docosanoides.La síntesis de estos docosanoides está mediada por diferentes enzimas, principalmente ciclooxigenasas y lipooxigenasas, que actúan sobre el DHA y lo transforman en resolvinas, protectinas, maresinas, etc., que son moléculas con gran potencia para resolver la inflamación, y por ello también reciben el nombre genérico de Mediadores Pro-resolución eSpecíficos (SMP).

Los SMPs actúan en concentraciones nanomolares, y aunque se desconocen aún muchas de sus acciones, parecen actuar a través de su unión a receptores, activando la expresión de vías genéticas antiinflamatorias, y modulando la eficaz resolución de la inflamación.

Dentro de los SPMs, brilla con luz propia la neuroprotectina D1 (NPD1), que además de actividades pro-resolución, despliega otras actividades que favorecen la supervivencia celular en tejidos afectados por daños que han activado la muerte celular por la vía de la apoptosis. El efecto de este tipo más destacable, es la protección del tejido cerebral tras un proceso de isquemia/reperfusión, que permite la supervivencia de gran parte del tejido afectado.

Otro tejido que se beneficia mucho de la actividad protectora de la NPD1, es la retina. Sus células están sometidas a un gran estrés oxidativo, tanto por el impacto de la radiación lumínica, como por su elevada actividad metabólica. La alta concentración de DHA presente en la retina, permite la supervivencia de las células retinianas, en gran parte debido a la producción de NPD1.

Se sabe que la ingesta óptima de DHA para una persona sana, es de un gramo al día aproximadamente. Sin embargo, en algunas situaciones patológicas es necesario incrementar notablemente la ingesta de DHA. Esto se debe a que para resolver adecuadamente la inflamación que está asociada a los procesos patológicos, se gasta DHA de las reservas celulares y hay que reponerlo. Pero también, porque sabemos que en las reacciones mediadas por enzimas, al incrementar la cantidad de sustrato disponible, aumentamos la cantidad de producto. En este caso, incrementando la cantidad de DHA se incrementa la producción de la NPD1 y demás SPMs derivados de ella.

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La importancia de cuidar la salud en la menopausia (y III)

Al llegar a la menopausia, la mujer entra en un periodo de su vida en la que se incrementa el riesgo de padecer algunas patologías, como las enfermedades cardiovasculares o la osteoporosis. Aunque se sabe que la caída de producción de estrógenos, es un factor determinante, la causa de estas enfermedades es variada, y es preciso plantear un abordaje preventivo. Por ello, una combinación de nutrientes y nutracéuticos son capaces de reducir el riesgo de padecer estas enfermedades. Uno de los nutracéuticos a destacar es el extracto de soja rico en genisteína. Las isoflavonas, se denominan con frecuencia fitoestrógenos, debido a su capacidad para unirse a los receptores estrogénicos. Se ha demostrado en multiples estudios, que la genisteína aporta muchos beneficios a la mujer tras la menopausia. Ayuda a reducir algunos de los síntomas que aparecen a corto plazo, como sofocos y sudoraciones, y también ayuda a reducir el riesgo de la aparición de patologías más graves a medio plazo, como la osteoporosis, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

Otra isoflavona importante es la daidzeina, que aporta muchos beneficios a la salud de la mujer tras la menopausia, cuando es transformada en equol por la microbiota intestinal. La microbiota intestinal es muy importante para la salud, y más aún al llegar la menopausia. Algunos estudios recientes han demostrado que un buen aporte de probióticos, ayuda a disminuir la incidencia de osteoporosis. Los probióticos incrementan la solubilidad y absorción de minerales, y modulan el proceso de remodelación ósea.

El aporte de minerales también merece ser destacado. Comenzando por el fosfato tricálcico, que aporta una elevada dosis de calcio y fósforo, dos elementos esenciales en el hueso. Pero además, el fosfato tricálcico aporta otros beneficios para el metabolismo intestinal, sobre todo al metabolismo de los ácidos biliares, la excrección de ácidos grasos o la modulación de la microbiota. El citrato potásico, que ayuda a neutralizar la carga ácida inducida por una dieta inadecuada, y en consecuencia ayuda a la retención del calcio y el fosfato corporal, es otro compuesto que ha demostrado incrementar la densidad mineral ósea. El magnesio, el zinc y el boro también tienen mucha importancia en la deposición de minerales en el hueso.

También ayuda a prevenir una buena dosis de vitaminas en la salud ósea, entre las que vamos a destacar a la vitamina D3 y la vitamina K2, que son imprescindibles para el correcto funcionamiento del metabolismo óseo. Pero junto a estas, otras como la vitamina A, la C, la B6, etc., también son importantes a la hora de prevenir la osteoporosis y reducir el riesgo de fracturas en la mujer tras la menopausia.

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