Suplementación del aparato digestivo
El aparato digestivo es el conjunto de órganos (incluyendo el páncreas y el hígado) que intervienen en la digestión, y que básicamente cumplen la función de asegurar que las moléculas complejas que ingerimos en la alimentación son transformadas en otras más sencillas mediante las enzimas digestivas, para que puedan ser absorbidas y transportadas por la sangre a todo el cuerpo, pero que también tiene en cuenta los procesos de detoxificación y eliminación. Cuando se declara una patología en el aparato digestivo, son habituales los síntomas de malestar y dolor, pero la afectación puede alcanzar a otros órganos del cuerpo, que progresivamente se ven afectados y que acaban por causar diversas alteraciones psicosomáticas. La mayor parte de las patologías afectan al intestino, son de tipo inflamatorio, y suelen comenzar por alteraciones de la barrera del epitelio intestinal. Uno de los objetivos principales de las terapias digestivas es recuperar la homeostasis de la barrera epitelial del intestino y combatir la inflamación intestinal, para lo cual se conocen diversos productos que vamos a ir detallando a continuación.
La Vitamina D, ha demostrado tener el potencial de reducir la permeabilidad epitelial de la mucosa intestinal y mejorar la inflamación en la enfermedad inflamatoria intestinal (EII). La vitamina D induce la expresión de varias proteínas involucradas en el mantenimiento de las uniones estrechas entre las células epiteliales intestinales, que controlan la permeabilidad intestinal. Se ha comprobado en diferentes poblaciones que los polimorfismos genéticos del receptor de la vitamina D, se asocian al desarrollo de enfermedad inflamatoria intestinal humana. Por lo tanto, la vitamina D parece jugar un papel crítico en el mantenimiento de la función de la barrera intestinal, y por lo tanto en el tratamiento de los pacientes con EII (1).
Sobre la importancia del Complejo de las Vitaminas B para nuestra salud se ha acumulado una enorme evidencia científica, y también su deficiencia acarrea consecuencias muy negativas sobre nuestra salud gastrointestinal, siendo muy recomendable una suplementación con este complejo vitamínico para mejorar a los pacientes afectados de enfermedad inflamatoria intestinal, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn o enfermedad celiaca (2).
Los probióticos también parecen influir en la permeabilidad del epitelio intestinal. El mecanismo por el cual la permeabilidad intestinal se reduce después del tratamiento probiótico implica reordenamiento de algunas proteínas que son fundamentales en la estabilización de los complejos de las uniones estrechas. También se ha demostrado que los probióticos pueden disminuir la permeabilidad intestinal, in vivo, durante la colitis inducida químicamente, restaurando la integridad de la barrera intestinal a través del mantenimiento de la expresión de proteínas de las uniones estrechas, y la prevención de la apoptosis de las células del epitelio intestinal. Una formulación probiótica múltiple, demostró ser eficaz en la restauración de defectos de la permeabilidad epitelial, retrasando el desarrollo de la inflamación intestinal. Este efecto parece estar relacionado con el aumento de la producción de TNF por las células del epitelio intestinal inducida por los probióticos, lo que parece mejorar diferentes componentes de la inmunidad innata de la mucosa y la función de la barrera epitelial (1).
Artículos recientes han demostrado una asociación entre la falta de diversidad de la microbiota intestinal y la enterocolitis necrotizante. Una revisión sugiere que las combinaciones de probióticos son más eficaces que una cepa única para el intestino y las funciones inmunes, y un meta-análisis actualizado que incluye 21 ensayos ha confirmado los efectos preventivos de los probióticos sobre la enterocolitis necrotizante (3).
El butirato es un ácido graso de cadena corta producido por fermentación microbiana intestinal de fibras dietéticas, tiene la capacidad de reforzar la función de barrera epitelial a través de un aumento en la producción de moco. Varios estudios sugieren un papel primario del butirato en la modulación de la permeabilidad epitelial. El butirato ejerce muchos otros efectos sobre las
células del epitelio intestinal, como contribuir al balance energético de las células, al control del estrés oxidativo, y a la regulación del estado inflamatorio de las células. Su papel en el mantenimiento de la barrera epitelial puede ser más compleja, incluyendo varias funciones fundamentales para la preservación de la homeostasis y la integridad de las células del epitelio intestinal. Aún no está claro cuál de estas muchas acciones confiere el efecto terapéutico más potente del butirato (1).
La glutamina es un nutriente importante para la proliferación celular intestinal. Los estudios indican que la glutamina ejerce múltiples actividades biológicas tales como antioxidante, anti-apoptosis, y anti-inflamación, que están involucrados en los mecanismos fisiopatológico de las enfermedades inflamatorias intestinales. La suplementación con glutamina atenua el daño inflamatorio en la mucosa intestinal mediante la supresión de la expresión de los receptores tipo Toll y de las caspasas. La suplementación con glutamina en bebés prematuros es segura y reduce significativamente la intolerancia alimentaria. También hubo una tendencia a menor riesgo de enterocolitis necrotizante y perforación intestinal (3).
La N-acetilcisteína (NAC), es precursor de la cisteína, es un componente importante en la producción de glutatión intracelular. La suplementación con NAC se asocia con un efecto protector sobre la lesión intestinal a través de sus propiedades anti-inflamatorias y antioxidantes (3).
La curcumina cuenta con muchos estudios en pacientes con enferemedad inflamatoria intestinal (EII) demostrando su potencial como un anti-inflamatorio sin efectos secundarios significativos. Se ha demostrado que los extractos de cúrcuma benefician a los pacientes con EII, mediante la reducción del transporte inapropiado en las células epiteliales intestinales y aumentando la actividad promotora de los genes de citoquinas anti-inflamatorias como la interleukina-10 (IL- 10). El tratamiento oral con curcumina disminuye los daños del colon y se asocia con supresión de la activación de NF-κB en la mucosa colónica y reducción de las reacciones inflamatorias, de la peroxidación lipídica, y de la muerte celular apoptótica. También disminuye la infiltración de neutrófilos y la secreción de TNF-α. La curcumina inhibe la quimiotaxis de los linfocitos polimorfonucleares (PMN) y los neutrófilos humanos mediada por IL-8, y puede inhibir la angiogénesis mediada por el factor de crecimiento del endotelio vascular (VEGF) en las células endoteliales microvasculares intestinales humanas. Por lo tanto la curcumina se puede utilizar como agente terapéutico frente a la activación endotelial en la EII (4,5).
La piperina es un potenciador que aumenta la biodisponibilidad de moléculas hidrófobas como la curcumina, reduciendo su metabolismo y aumentando su absorción intestinal incrementando el tiempo de residencia y alterando la dinámica de los lípidos de membrana y la conformación de las enzimas en el intestino. También inhibe las enzimas UDP- glucuroniltransferasas que catalizan la glucuronidación de la curcumina en el intestino y el hígado. Los estudios en ratas y en humanos han demostrado que la administración concomitante de la curcumina con piperina produce un aumento en la biodisponibilidad de la curcumina del 150% en ratas y del 2000% en el hombre (6).
El magnesio (Mg) es el segundo catión intracelular más abundante después del potasio y juega un papel esencial en numerosas reacciones celulares fundamentales. La deficiencia de Mg se asocia con varios trastornos metabólicos, como la diabetes tipo 2, el síndrome metabólico, la dislipidemia y la hipertensión. Además, la inflamación sistémica se ha observado en pacientes con hipomagnesemia. La inflamación sistémica e intestinal en modelos experimentales de roedores con deficiencia de Mg se caracteriza por la activación de los leucocitos y macrófagos con mayor producción de citocinas inflamatorias y proteínas de fase aguda.
Los mecanismos por los que la deficiencia de Mg influye en el mal funcionamiento digestivo pueden ser varios, aunque se considera que los más importantes están relacionados con la disminución de la actividad de las enzimas intestinales y de la microbiota, especialmente las bifidobacterias. Se ha observado que el contenido intestinal de bifidobacterias, y en menor medida
de lactobacilos, disminuye durante un corto plazo (4 días) de deficiencia de Mg. Además, algunos estudios han revelado la importancia del Mg en la fisiología de las bifidobacterias. También se ha comprobado que durante un periodo más largo de deficiencia de Mg, se incrementa la fermentación por la microbiota, debido a la disminución de la actividad de las enzimas intestinales implicadas en la digestión de los carbohidratos, como las disacaridasas (7).
La administración de suplementos de enzimas digestivas puede ayudar en la descomposición de las grasas, proteínas y carbohidratos y puede proporcionar beneficios en trastornos en los que puede estar comprometida la digestión. Enzimas procedentes de plantas, como la bromelina de la piña y papaína de la papaya, tienen actividad proteolítica. La bromelina es un nombre general para enzimas proteolíticas del fruto y el tallo de la piña. La bromelina también contiene una peroxidasa, una fosfatasa ácida, varios inhibidores de la proteasa, y calcio ligado orgánicamente. La bromelina se utiliza comúnmente como un suplemento para facilitar la digestión de las proteínas. Además, se ha informado del beneficio de su uso en el desbridamiento de heridas y como agente anti-inflamatorio, en particular en el trauma del tejido blando. La papaína se purifica a partir del fruto de la papaya. Es un complejo de varias enzimas que tienen actividad proteolítica, amilolítica, y lipolítica débil. Al igual que la bromelina, la papaína se utiliza comúnmente para ayudar a la digestión de las proteínas. Los estudios que combinan las enzimas pancreáticas y enzimas fúngicas o bromelina han reportado efectos sinérgicos (8).
La digestión normal requiere la estimulación adecuada de la secreción pancreática, con una producción suficiente de enzimas digestivas por las células acinares pancreáticas, sin obstrucción del conducto que proporcione un flujo adecuado del jugo pancreático y una mezcla adecuada del jugo pancreático con los alimentos ingeridos. El fracaso en cualquiera de estos pasos puede resultar en una insuficiencia pancreática exocrina, que es causa frecuente de mala digestión y una de las principales complicaciones de la pancreatitis crónica, que conduce a esteatorrea (grasa en las heces), pérdida de peso y otras complicaciones relacionadas con la desnutrición, como la osteoporosis (9). El tratamiento de la insuficiencia pancreática exocrina comienza por evitar los hábitos tóxicos (dejar de fumar y el consumo de alcohol), la corrección dietética, y la terapia de reemplazo enzimático. La terapia de reemplazo de enzimas pancreáticas se administra por vía oral al menos desde el siglo XIX. Están disponibles enzimas digestivas de hongos, plantas y páncreas de animales (especialmente porcino), y en teoría, la simple adición de estas enzimas con las comidas pueden resolver la deficiencia y restaurar la absorción normal. Sin embargo, no se puede generalizar y debe hacerse un estudio individualizado para cada paciente (10).
La Aloe vera es muy conocida por sus propiedades medicinales. Esta planta es una de las fuentes naturales más ricas para la salud de los seres humanos, por la presencia de más de 200 sustancias biológicamente activas diferentes, muchas de las cuales son aportadas por el gel interior de las hojas, que incluyen actividades antibacterianas y antimicrobianas de los constituyentes no volátiles del gel de la hoja. A. vera tiene varias propiedades medicinales como antitumoral, antiartrítica, antirreumatoidea, y antidiabéticas. También se ha empleado para el estreñimiento, los trastornos gastrointestinales, y las deficiencias del sistema inmunológico. A. vera inhibe la vía de la ciclooxigenasa y reduce la producción de prostaglandina E2, que desempeña un papel importante en la inflamación. Contiene antraquinona (Aloína) y cromona (aloesina), que tienen actividad farmacológica para aliviar las respuestas inflamatorias en la enfermedad inflamatoria intestinal. La Aloína, presente en el gel, se metaboliza por la flora colónica para reactivar la Aloe-emodina, que es responsable de la actividad purgante. La Aloe-emodina también inhibe la migración de células de cáncer de colon mediante la regulación negativa de enzimas metaloproteasas y del factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF). La A. vera contiene cinco fitoesteroles, que son capaces de reducir la acumulación de grasa visceral, e influyen en el metabolismo de la glucosa y los lípidos. Contiene cantidades sustanciales de antioxidantes incluyendo α-tocoferol (vitamina E), carotenoides, ácido ascórbico (vitamina C), flavonoides, taninos, y se ha sugerido que la acción antioxidante puede ser una propiedad importante en el tratamiento de diversos enfermedades (11).
Bibliografía:
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